En una virtual cuenta regresiva, reina la psicosis por el 11 de mayo -es decir, mañana-, día en que, según una leyenda metropolitana, Roma sería devastada por un terremoto de magnitud desconocida, pero que provocaría tanto el derrumbe del Coliseo como de la cúpula de San Pedro, arrasando a la ciudad eterna.

Por más que desde el mundo científico se considera esta profecía del 11 de mayo de 2011 un absurdo, algunos se han tomado la cosa en serio. Mientras el conmutador de Defensa Civil se encuentra atascado por llamados de gente asustada que pide información, algunos han decidido, por las dudas, escaparse de Roma por un día. Según datos aún no oficiales aparecidos en el diario La Repubblica, mañana entre un 15 y un 20% más de empleados públicos se tomará vacaciones con respecto al año anterior. Lo mismo ocurrirá en varias escuelas de la capital, donde muchos niños faltarán debido al efecto contagio sufrido por algunos padres, afectados por el denominado síndrome del 11 de mayo.

Tal como informó La Nación hace unas semanas, la previsión de la destrucción de la ciudad eterna por un terrible terremoto que debería ocurrir mañana, habría sido realizada por Raffaele Bendandi, un controvertido sismólogo-astrólogo fallecido hace 32 años.

Nacido en Faenza (centro de Italia) en 1893 y apodado "el hombre de los terremotos", Bendandi fue un autodidacta cuyas teorías suscitaron en su época el interés de Benito Mussolini, pero no de parte del mundo científico.