El presidente de Ecuador desafió a policías y militares a matarlo “si tienen valor”.

Rafael Correa dijo que seguirá adelante con su política.

Desde el Hospital de Quito donde fue internado, denunció que es objeto de una conspiración que viene de lejos y acusó a la oposición de pretender un golpe de Estado.

La rebelión se desató por una ley aprobada por el Congreso que eliminó beneficios económicos a policias y militares.

Correa sufrió un desmayo, por efecto de la tensión de estas horas, de los gases lacrimógenos y de algunos golpes con botellas.

El Secretario General de la UNASUR, Néstor Kirchner, expresó el firme "compromiso y la mas absoluta solidaridad del bloque regional" con el presidente de Ecuador, Rafael Correa, frente al intento de "sublevación al orden constitucional de sectores corporativos de las fuerzas de seguridad" de ese país. 

Kirchner señaló que "Sudamerica no puede tolerar bajo ningun aspecto que los gobiernos elegidos democráticamente se vean vistos presionados y amenazados por sectores que no quieren perder privilegios y prebendas".