La mandataria brasileña, Dilma Rousseff, convocó este lunes a los 39 ministros que integran el Gabinete para discutir, en la residencia oficial Granja do Torto, la crisis política que se desató en el país en las últimas tres semanas.

Sólo faltaron Antonio Patriota, de Relaciones Exteriores, y Marta Suplicy, de Cultura, que están de viaje. Además de los ministros, estuvieron presentes representantes de la Cámara de Diputados y del Senado.

La presidente pretende presentar, el martes, en el Congreso, una propuesta de plebiscito para impulsar la reforma política y así poder dar respuesta a las crecientes demandas de la población civil, que denuncia el elevado gasto público para el Mundial 2014 y pide más dinero para educación, transporte y salud.

Los dos grandes temas de la consulta serán la financiación de partidos y campañas, y un sistema electoral que acerque más a votantes y políticos. La intención es resolver la crisis de representatividad, el rechazo a los políticos y las denuncias de corrupción.

No obstante, Rousseff aclaró que no ordenará cuáles serán las preguntas, aunque si sugerirá “líneas generales”. "No, nosotros no vamos a decir cuáles serán las preguntas porque no nos corresponde a nosotros hacerlo, sino a la Cámara de Diputados o el Senado”, sostuvo.

El Gobierno espera que el referéndum sea convocado lo antes posible para que la reforma esté aprobada antes de octubre y así pueda estar vigente antes de las elecciones presidenciales de 2014. “Esto depende de los plazos del TSE y del Congreso”, remarcó Rousseff.

Por su parte, la presidente del Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSE), Carmen Lucia, dijo el lunes que "la Justicia electoral está siempre preparada", dando a entender que podría cumplir con los tiempos necesarios para la reforma.