El agente de la SIDE Hugo Álvarez negó este martes haber llamado a Sergio Burstein, de la Asociación Familiares de Víctimas del Atentado a la AMIA, para alertarlo de que tenía su teléfono intervenido por orden del procesado ex jefe de la Policía Metropolitana Jorge Palacios.

Lo hizo al testimoniar ante el juez federal Norberto Oyarbide, que investiga las escuchas ilegales en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires. El llamado clave, que desencadenó en esta investigación, data del 22 de septiembre del año pasado.

Aunque en el entorno judicial imperó el hermetismo sobre las declaraciones del agente estatal citado como testigo, se supo que Álvarez dijo no conocer al espía Ciro James -eje de la trama-, ni a Palacios, y que no recordaba si en los últimos dos años estuvo en la ciudad de Posadas, Misiones, lugar de donde dos jueces imputados habilitaron la intervención de los teléfonos.

En tanto, en el marco de la misma investigación, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri ratificó personalmente ante la Cámara Federal porteña el pedido para desplazar al juez Oyarbide de la causa de espionaje, que lo procesó como miembro de una asociación ilícita.

"Este señor intentó vincularme a mí con un señor que vende escuchas ilegales (por el espía Ciro James). Reclamamos que haya un juez ecuánime. Sobreseyó a (Guillermo) Montenegro con los mismos argumentos que me procesó a mí", se quejó Macri al término de su declaración.