El informe elevado al fiscal de la causa, Marcelo Romero, precisa que el disc jockey Cristian Martínez Poch tiene rasgos de personalidad psicopática, pero remarca que eso “no conlleva alteración alguna para comprender la realidad”, “manteniéndose la indemnidad de las capacidades psicojurídicas”.
Martínez Poch está imputado por los delitos de "privación ilegal de la libertad doblemente agravada, en concurso real con corrupción de menores agravada, abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal calificado".

Los peritos precisaron que el imputado tiene una imagen de sí mismo "sobrevalorada si se la contrasta con sus logros obtenidos, sean éstos académicos, laborales, personales o afectivos” y es claro su “malestar e irritación cuando se lo confronta con esta contradicción”. Martínez Poch, afirmaron los peritos, tiene "tendencia a mentir y engañar, ausencia de remordimiento o culpa, superficialidad afectiva, desconsideración e indiferencia, promiscuidad sexual irresponsabilidad, transferencia de culpa\responsabilidad y numerosas relaciones de parejas breves, entre otras”.

El martes 24 de septiembre, la abogada Vanesa Rial fue rescatada por la policía, tras allanarse uno de los departamentos de un edificio ubicado en la calle 23, entre 58 y 59 de La Plata, donde Martínez Poch la tenía cautiva desde principios de ese mes. Durante ese tiempo, el hombre la golpeó, la drogó y abusó sexualmente de ella, denunció la víctima ante la prensa y el fiscal Romero.

Dos días después de la liberación de la mujer, prestaron declaración testimonial ante el fiscal dos de sus hijas, de 19 y 20 años, quienes relataron que tras la muerte de su madre, cuando eran niñas, fueron abusadas por su padre.