Desde hace casi un mes, la Argentina vive un situación que parece la de una película de Hollywood, con aviones, terroristas y ahora operaciones quirúrgicas. Día a día, las noticias de los medios remiten a un imaginario mental increíble. Parece que estuvieran hablando de la nueva serie documental de Netflix y no de una realidad.

Hoy se abrió un nuevo capítulo, el presidente de Paraguay aseguró que un tripulante del avión venezolano se operó la cara en Cuba. "Vimos que gran parte de esa tripulación tiene vínculos con el terrorismo internacional, uno incluso se operó la cara, para cambiarse la cara, en Cuba. Imagínense, parece una película" dijo el mandatario.

Así el listado de preguntas crece: ¿Quiénes son?, ¿qué hacen acá?, ¿qué quieren?, ¿por qué se operaría la cara?, ¿nadie se dió cuenta de esto antes?

La situación sigue escalando y pareciera acercarse cada vez más a la idea de que un grupo terrorista está haciendo inteligencia en el país. Entonces aparece el recuerdo del 17 de marzo de 1992 en la Embajada de Israel y del 18 de julio de 1994 en A.M.I.A. Y surge un nuevo interrogante, ¿desde el gobierno no van a decir nada?

La calma poco disimulada del Presidente parece anunciar una gran tormenta que podría tener consecuencias terribles. La idea de que "solo un avión de carga llegó al país" ya no es viable y lo demostraron los mandatarios de los paises vecinos. 

La oposición, la D.A.I.A, y la gente continuan pidiendo una investigación real y la palabra de las autoridades que deberían pronunciarse en contra de una posible situación terrorista, mas no pareciera ser un asunto primordial en la agenda.