“La organización es más importante que la entrega de cosas”, alerta una psicóloga social
Mercedes Martorell, de amplia experiencia en la atención a los inundados del 2003 en la ciudad de Santa Fe, explicó que hay un nivel de daño material, pero también simbólico, en estos casos, y subrayó que "las secuelas que quedan dependen de las respuestas sociales y de los referentes políticos".
La psicopedagoga Mercedes Martorell, de amplia experiencia en la atención a los inundados del 2003 en la ciudad de Santa Fe, explicó por Continental cómo seguir ayudando a la gente luego de que bajó el agua.
“Es mucho el sufrimiento. La gente queda arrasada. Es una cuestión muy profunda, porque la inundación arrasa con la identidad construida, al llevarse tus objetos cotidianos. Pero no sólo te quita los objetos, la silla, la mesa, el mate; también los ritos cotidianos. Y te sentís perdida, sumado a todas las carencias, desde lo más íntimo, como una bombacha, hasta la comida”, graficó en La Mañana.
Martorell, magister en Salud Mental y Psicología Social y cofundadora y directora de la Primera Escuela de Psicología Social de Santa Fe Dr. Enrique Pichón Riviere, subrayó que “las secuelas que dejan este tipo de fenómenos dependen de las respuestas sociales y de los referentes políticos. Todas las comunidades deben tener un plan de contingencia para que, cuando ocurre un hecho así, la atención no sea un caos".
“Básicamente hay que ver qué necesita el damnificado. A la víctima se le exige que haga el mayor esfuerzo, que vaya a determinado lugar, que haga cola. La gente regala cantidad de agua, pero la gente que la necesita no tiene forma de ir a buscarla. Hay que organizar a los damnificados. La organización es más importante que la entrega de cosas”, enfatizó.
“La organización ayuda a cuidar y proteger, por eso son muy importantes los planes de evacuación. No sólo para proteger las cosas materiales, sino para la protección subjetiva. Saber que te están pensando, ayuda. Los centros de evacuados suelen ser un amontonamiento de gente. Es importante que cada lugar tenga su organización. Que los inundados sean protagonistas, para sentirse menos víctimas. Sentirse parte no sólo de la tragedia, sino de la salud. Sentirse protagonista es saludable. Debería haber reuniones de vecinos para ver las prioridades, por cuadra o por manzanas. Ver qué se necesita. Siempre en relación con otros vecinos, no en contra”, explicó Martorell.