El 50% de la felicidad de las personas, depende de sus genes
Por otro lado, el 10% depende de sus circunstancias y el 40% de la "actividad intencional" o la "actitud" frente a la vida.
La naturaleza y la crianza no son independientes entre sí. La genética molecular —el estudio de la estructura y función de los genes a nivel molecular— muestra que estos dos elementos se influyen constantemente entre sí y son interdependientes.
Los genes influyen en el comportamiento que ayuda a las personas a elegir su entorno. Por ejemplo, la extroversión transmitida de padres a hijos ayuda a los niños a construir sus grupos de amistad.
Del mismo modo, el entorno cambia la expresión de los genes. Por ejemplo, en el caso de las madres que estuvieron expuestas al hambre durante el embarazo, los genes de sus bebés cambiaron, lo que resultó en transformaciones químicas que suprimieron la producción de un factor de crecimiento.
Como resultado, los bebés nacieron más pequeños de lo habitual y con afecciones como enfermedades cardiovasculares.
Esta es la razón por la que dos personas criadas en el mismo entorno pueden responder de manera diferente a un mismo estímulo. Así se descarta la suposición de la genética del comportamiento de un entorno igualitario resulta en respuestas similares.
Además, el hecho de que las personas puedan ser más felices o no depende de su "sensibilidad ambiental". Es decir, de su capacidad para cambiar.
Algunas personas son susceptibles a su entorno y, por lo tanto, pueden cambiar significativamente sus pensamientos, sentimientos y comportamiento en respuesta a eventos tanto negativos como positivos.
Entonces, cuando asisten a un taller de bienestar o leen un libro de psicología positiva, pueden verse influenciados por él y experimentar un cambio significativamente mayor en comparación con otros. También es posible que el cambio dure más tiempo.
Pero no existe una intervención de psicología positiva que funcione para todas las personas porque somos tan únicos como nuestro ADN. Es decir, tenemos una capacidad diferente para el bienestar y sus fluctuaciones a lo largo de la vida.
Es por eso que aunque la industria de la autoayuda está en auge y viene tomando impulso desde hace años por la psicología positiva, el estudio científico de aquello que hace prosperar a las personas, al mismo tiempo crecen las tasas de ansiedad, depresión y autolesiones en todo el mundo.