Especialistas advierten que “en la Argentina tenemos los hábitos de vida de una sociedad industrializada” y que “cambiarlos es fundamental para reducir los índices de muerte súbita”.

Por Continental, el jefe de Electrofisiología Invasiva del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires recomendó “no fumar” y “dejar de lado el sedentarismo y el sobrepeso para evitar enfermedades del corazón”.

Fernando Scazzuso descartó que los trastornos alimenticios como la bulimia y la anorexia (enfermedad que padeció Romina Yan) puedan “provocar la muerte súbita. Por el contrario, el consumo excesivo de grasas saturadas y el aumento de peso son factores de riesgo”.

“Hay que destacar que (la muerte súbita) sucede en personas aparentemente sanas. Son personas asintomáticas. En los mayores de treinta y cinco años, la muerte súbita sucede en una de cada mil personas”, puntualizó en Magdalena Tempranísimo.

Y recomendó un chequeo anual consistente en “análisis de laboratorio y extracción de sangre, un electrocardiograma y una ergometría”.