Gustave Eiffel, el hombre hecho torre
A 188 años del nacimiento del gran ingeniero francés.
Tiene que ser muy imponente una obra para que lleve el nombre de su autor hasta el final de los tiempos. Esta es la historia de un señor cuyo apellido ha sido uno de los más mencionados de la historia.
Alexandre Gustave Eiffel nació en Dijon, la famosa ciudad de la mostaza, la capital de la región de Borgoña, en Francia, el 15 de diciembre de 1832.
Cuando su infancia había quedado detrás, se trasladó a París para estudiar ingeniería en la Escuela Central de Artes y Manufacturas, donde se graduó en 1855.
Apenas tres años después haría su primera obra: el majestuoso puente sobre el río Garona, en la ciudad de Burdeos.
Como rápidamente se destacó fue requerido para diferentes proyectos, especialmente para el diseño y la edificación de puentes ferroviarios.
En el 68 decidió hacer la suya, basta de trabajar para otros. Fundó la empresa Eiffel y Compañía que se dedicó a la construcción en hierro.
Y su prestigio fue creciendo. Se hizo cargo de múltiples proyectos en Europa y también en Latinoamérica, como ya veremos.
Detallaremos ahora algunas de sus grandes construcciones.
En 1876 construyó el puente de María Pía, para unir las dos riberas del río Duero en la ciudad de Porto, Portugal. Es un impresionante arco de metal.
En 1882 empezó a construir el Viaducto Garabit, un puente ferroviario de hierro forjado sobre el río Truyére, en Francia. Sus 565 metros de longitud y una altura de más de 120 metros, lo convirtieron en el más alto del mundo de su tipo durante muchos años.
La Estatua de la Libertad, situada en Nueva York, fue diseñada por Fréderic Bartholdi, pero la estructura interior de metal fue obra de Gustave Eiffel. Se inauguró en 1886.
Eiffel elaboró la impactante cúpula principal del observatorio astronómico de Niza.
En Latinoamérica hay diversas obras de este genio.
Una de las más importantes es la catedral de San Marcos de Arica, en Chile, cuya estructura metálica llegó directamente de los talleres de Eiffel en Francia en 1875.
Y en Buenos Aires: Museum. Edificio El Forjador.
Las piezas de hierro (capiteles, cabreadas y columnas) fueron creadas en sus talleres parisinos y cruzaron el charco para ser ensambladas aquí.
Inaugurada en 1906, esta construcción tiene 2000 metros cuadrados y cinco pisos.
Su nombre tiene que ver con su función original, una fábrica de molinos de viento y herramientas rurales. Sin embargo, con los años sirvió a muchos propósitos: fue depósito, hospedó remates de telas e incluso estuvo abandonada. En 1989, se convirtió en parte de la historia del rock cuando sirvió como set de filmación del video de Soda Stereo, “En la ciudad de la furia”.
Pero la gran obra de la vida del amigo Eiffel fue la torre en París. Una estructura de hierro diseñada por los ingenieros Koechlin y Nouguier. Y construida por Gustave y su equipo para la Exposición Universal de París en 1889.
Inicialmente se la llamó “La torre de los 300 metros” pero luego adoptó su nombre definitivo.
Situada en el extremo de los Campos de Marte, a la orilla del río Sena, este monumento parisino es la estructura más alta de la ciudad y el monumento que cobra entrada más visitado del mundo.
Con una altura de 300 metros, prolongada más tarde con una antena hasta los 324 metros, la torre Eiffel fue la estructura más elevada del mundo durante 41 años.
Las obras de la base de metal de la enorme torre no empezaron bien. Apenas dos semanas después de iniciados los trabajos, trescientos destacados intelectuales publicaron un manifiesto en el que se oponían redondamente a esa construcción a la que denominaron “la inútil y monstruosa torre Eiffel”.
Incluso después de terminada, a los habitantes de París les costó comenzar a quererla. No la aceptaban, les parecía un objeto enorme, altísimo y sin mayor utilidad.
A algunos ojos les cuesta más ver algunas cosas.
La construcción demoró dos años, dos meses y cinco días.
Desde sus orígenes, la última planta de la torre se había preparado para recibir al público. Pero Gustave se reservó la plataforma superior, justo debajo del campanario que coronaba la torre. Y allí armó una vivienda.
Su departamento constaba de un salón con mesa, sofá y piano, tres pequeños despachos, una cocina, un cuarto de baño, pero ningún dormitorio. Así que más que casa era un despacho.
La torre fue y es parte de la vida del mundo.
Y pensar que se construyó con la idea de destruirla no bien terminara la Exposición Universal.
Hay réplicas en China, Marruecos, Grecia, Australia, México, Polonia. La más conocida es la de Las Vegas, en Estados Unidos. Incluso hay una en Ituzaingó, en el oeste de Buenos Aires.
La torre Eiffel
Cientos de millones de fotos tomadas, hasta una de Hitler durante la ocupación alemana de la Segunda Guerra Mundial.
Y por supuesto, un enorme centro de escena.
El 25 de septiembre de 1962, allí cantó Edith Piaff ante 25.000 personas en el lanzamiento de la película “El día más largo”.
Gustave Eiffel trabajó en más de cuarenta proyectos a lo largo de su vida. Sin embargo, hubo uno con el que no pudo.
En 1887, aceptó participar en la construcción de las esclusas del canal de Panamá. En aquellos años, el proyecto del canal estaba en manos de otro gigante de la ingeniería francesa: Ferdinand de Lesseps, el artífice del canal de Suez.
Sin embargo, la mala gestión económica derivó en pérdidas millonarias y pronto se destapó un entramado de corrupción que salpicó a Gustave, que llegó a ser acusado de estafa. Fue condenado en primera instancia y luego absuelto en apelación, pero su honor y reputación se desgastaron.
Después de esto, se retiró del mundo de los negocios y dedicó los últimos años de su vida a estudiar meteorología y aerodinámica en su casa de París, donde murió a los 91 años, el 27 de diciembre de 1923.
Gustave Eiffel, para siempre alto en la torre.