La "Legión Infernal", guardianes de la Revolución de Mayo
French y Berutti no salticaban por la Plaza repartiendo escarapelas, lideraban la Legión Infernal, un grupo armado que garantizó el resultado del Cabildo.
No es fácil olvidar las imágenes entre angelicales y ridículas de los libros de historia de la primaria y la revista Billiken. La Revolución de Mayo que se concretó el día 25 fue eso, una revolución, no un cuento de hadas ni una peli de la factoría Disney. El pueblo, no quería saber "de que se trata", el pueblo quería saber "que se trata" porque ya había sido defraudado en el Cabildo Abierto del 22 de mayo, donde se armó una Junta encabezada por el propio Virrey para mantener la dependencia de la corona española.
¿Porque ocurrió eso?. Bueno, un sector importante de los asistentes a aquel Cabildo eran españoles, estaban preocupados por la invasión napoleónica a España y la incapacidad de la madre patria de mantener el control de estas tierras, ya que había perdido la propia. Por eso, pretendían mantener el dominio para devolverle la posta al rey cuando recuperase su territorio. Cornelio Saavedra, participaba de esa jugada.
La decisión causó conmoción social y la presión llevó a un nuevo Cabildo Abierto, un día como hoy, un 25 de mayo. Pero ese día, Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli, decidieron que no se iban a dejar "dormir" como tres días antes.
El acceso al Cabildo, estuvo controlado por un grupo armado e impiadoso, al que llamaban La Legión Infernal, comandados por Domingo French y Antonio Berutti, dos auténticos líderes guerrilleros, que guiaron a sus huestes para impedir el paso de los realistas que pretendieron acercarse a votar como lo habían hecho el día 22.
Moreno y los suyos equipararon así fuerzas en el Cabildo y negociaron con la gente de Saavedra. Dictarían un documento, dándose un gobierno propio, en cabeza de Saavedra, y (como decía) "En nombre de Fernando VII", pero con una Junta de gobierno equilibrada y con vocación criolla.
La batalla entre el independientista Moreno y el realista Saavedra, subsistió incluso después que el "geniecito del sur" muriese en extrañas circunstancias en alta mar a tempranísima edad, y que Castelli fuese enviado por Saavedra a Bolivia en una misión militar. Los partidarios de la idea debieron refugiarse en el sótano de la Jabonería de Vieytes para seguir planeando la independencia en secreto.
Pero más allá de la jugadas políticas, que marcaron la grieta Argentina desde su propia génesis, French y Berutti no repartieron escarapelas saltando de la mano, ese 25 de mayo, repartieron balas y puntazos para garantizar el primer gobierno patrio.