La justicia brasileña se negó a castigar un resonado caso de "stealthing"
Una brasileña fue víctima en Brasil del llamado "stealthing", un término en inglés que significa que uno de los miembros de una pareja se quita el condón a propósito sin el consentimiento del otro.
A pesar de haber reunido las pruebas que consideraba necesarias para probar la violación, incluida una confesión del abusador, hasta ahora su búsqueda de justicia legal de Leila (nombre ficticio) ha sido en vano: después de idas y venidas, el caso fue abandonado recientemente por el fiscal que lo revisó, casi un año después del delito.
En Brasil, a diferencia de algunos otros países, como el Reino Unido, el "stealthing" no se considera violación, ya que, para que este tipo de delito ocurra, el acto sexual debe haber ocurrido "mediante amenaza grave o violencia".
Sin embargo, existen alternativas legales para que las víctimas busquen justicia, como el artículo 215 del Código Penal (violencia sexual mediante estafa), aunque el resultado no siempre es positivo, como ha ocurrido hasta ahora con Leila.
Pero ella no piensa rendirse. "Lucharé hasta el final por la justicia. Espero que mi caso pueda llevar a un cambio en la legislación", dice.
En una declaración a la policía, el acusado confirmó el informe de Leila de que no usó condón, a pesar de que había acordado que las relaciones sexuales estarían protegidas, pero que todo sucedió "en el fragor del momento". Señaló: "pensé que estaba siendo consensual, que ella era consciente de que yo estaba sin condón, no actué de mala fe en ningún momento".
A fines de abril de 2021, Leila conoció a un chico en Tinder y tuvieron sexo. Ella cuenta que a BBC que: "Tuvimos tres relaciones sexuales con tres condones. Cada vez, me detenía y decía: "el condón". Al día siguiente, no sé muy bien por qué, me invadió una rara sensación y fui a revisar los condones en la basura. Cuando abrí el bote de basura, estaba en shock total. Uno de los condones estaba abierto, sin envolver, pero sin usar", relató.
Entonces, la vícitma continuó: "Tomé una foto e inmediatamente le envié un mensaje de texto, pidiéndole una explicación. Se hizo el tonto. Insistí en una respuesta. "Abrí (el condón) y lo dejé a un lado, pero luego terminamos usando otro. No hay nada de qué preocuparse", me dijo. Y agregó: "es que todo pasó muy rápido y en el calor del momento terminó siendo así".
Sin embargo, pese a sus denuncias, el expediente fue archivado por la policía con aval de la justicia.