Aumentan las críticas al proyecto para poner cámaras en las escuelas porteñas. El Gobierno nacional, el bonaerense y los gremios salieron al cruce de la iniciativa de Mauricio Macri.

La jueza Elena Liberatori había suspendido la medida. Tomó en cuenta para ello que, de los diecisiete colegios secundarios elegidos, doce fueron escenarios de tomas por parte de los alumnos, así como que cuarenta y cuatro escuelas son de la zona sur, “hecho que de alguna manera termina criminalizando a esa parte de la ciudad”.

El ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, aseguró que “no hay intención de filmar la escuela en funcionamiento, sino de protegerla cuando no hay nadie”. Aseveró que las cámaras “se van a instalar afuera de la escuela, para prevenir que no se roben materiales de trabajo”.

Desde el Observatorio de Derechos Humanos también rechazan la medida. Por Continental, Demián Konfino, integrante de la institución, argumentó que “se pone en riesgo la preservación de la intimidad de los menores, ya que se permitiría la filmación dentro de los establecimientos”.