Ocho alumnos con discapacidad de un colegio en Pilar fueron sacados por "bajar la vara"
Los alumnos no podrán renovar la vacante para 2023. Según el dueño de la institución, "yo soy el que decide quién se queda".
El colegio Magno College de Pilar comunicó a varias familias que sus hijos no podrán seguir asistiendo a la institución el próximo año. “Queremos informarles que su hijo no podrá ser matriculado para el ciclo 2023”, dice el mail enviado a Doretta Di Marco y Pablo Basz, padres de Emanuel, según informaron al medio Clarín.
"Entendemos la importancia de enviar esta notificación de forma temprana para que cuenten con el tiempo necesario para planificar la continuidad pedagógica en otra institución educativa", se lee en otro párrafo. Y finaliza diciendo: "deseamos que encuentren una institución educativa que satisfaga todos sus requerimientos y las necesidades particulares de sus hijos".
El comunicado no está firmado por ninguna autoridad ni directivo y fue enviado a los padres de otros siete alumnos con capacidades diferentes.
El papá de Emanuel, Pablo, dice que el colegio Magno "es un lugar de buen nivel, laico, que ha priorizado la inclusión, y los compañeros de Manu son de oro, lo cuidan, lo incluyen, se divierten juntos. Además, sus padres están contentos que mi hijo esté en el curso, están convencidos que sus hijos aprenderán más y saldrán mejores personas. Nunca ninguna padre se quejó por la presencia de Manu".
Emanuel Basz Di Marco es un chico de 10 años que padece de síndrome de Hunter: una enfermedad provocada por la falta de un enzima que causa discapacidad física e intelectual.
Durante una reunión informativa en el colegio, Doretta preguntó al “dueño” de la institución, Sebastián Boix Mansilla, por qué se había tomado aquella decisión. “Esta es una escuela privada, yo tengo mis razones y yo soy el que decide quién se queda”, dijo el señor.
“Señor, esto es una escuela, aquí se educa, aquí debe haber inclusión, no se están vendiendo manzanas o zapatos. Que sea el dueño de un colegio privado no le da el derecho a dejar a mi hijo y a otros siete alumnos con discapacidad afuera del año lectivo”, le contestó Doretta, a la vez que le recordó el artículo 24 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con discapacidad: “Reconocido por la Constitución Nacional y por diferentes tratados internacionales de Derechos Humanos, el derecho a la educación se rige por la universalidad y la no discriminación”.
Según cuentan los padres, Boix Mansilla les dijo: "Su hijo baja la vara del curso y el nivel de la clase, y lo que busca el colegio es elevar los estándares académicos. Yo quiero que mi escuela se distinga por la excelencia. Además, a su hijo ninguna empresa lo va a llamar el día de mañana". Clarín habló con otra madre del colegio, Paula Goldfarb, y contó que estaba horrorizada por lo que escuchó de Boix Mansilla. Además dijo que “hasta una directora presentó su renuncia”.
"Los compañeritos de Manu, mi hija incluida, están angustiados con la idea de no tenerlo más. Los chicos lo aceptan con una naturalidad y una igualdad increíble. Si bien Manu no puede comunicarse con ellos, los compañeros interactúan con él, que se divierte y se mata de risa. El vínculo es más allá del colegio, lo vemos en reuniones, cumpleaños", contó Goldfarb tras la situación de Emanuel.
Ante esta injusticia, las mamás y papás de los compañeros de Emanuel llevaron un distintivo que decía: “¿Diferentes? Somos todos”. “Me conmovió el apoyo y el valor humano de esta gente y de sus hijos; es lo más importante que tiene Manu en ese colegio. Nunca una burla, discriminación ni bullying”, expresa Doretta.
Los mismos compañeros de Emanuel tuvieron un gesto con él y le enviaron cartas de apoyo: "Manu me enseña todos los días. Me enseñó que se puede hablar de muchas formas". "Nosotros con Manu nos entendemos hasta en silencio". "Nosotros somos un rompecabezas. ¿No entienden que un rompecabezas no se puede armar si falta una pieza?". "No encuentro ninguna razón para que el colegio lo saque. Manu es nuestro y lo queremos".
La mamá de Emanuel hizo la denuncia al INADI (El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo), buscando “visibilizar la situación” y para “averiguar a qué otro organismo recurrir”. “Todavía no caemos, no podemos creer que esto esté pasando. No pensamos en un plan b, pero claramente para nuestro hijo sería un retroceso pensar en un cambio de escuela”, continuó.
Tratando de darle una explicación a lo ocurrido, Pablo cuenta que “desde hace un tiempo la directora anterior, cálida y empática, fue reemplazada por otra poco afecta a chicos con discapacidades. Y me enteré de que este señor (Boix Mansilla) considera que el supuesto bajo nivel en cuarto grado se debe a la presencia de mi hijo y no, por ejemplo, a que venimos de dos años de pandemia”.