Delegados de la Línea 60 de colectivos (MONSA) ratificaron este lunes la continuidad del paro por tiempo indeterminado en demanda del inmediato cobro de deudas salariales y en rechazo a “las acciones de amedrentamiento” de la empresa.

En una breve conferencia de prensa, en la terminal del barrio porteño de Constitución, los representantes de base aseguraron que se produjo “un ataque de patotas armadas de la compañía contra trabajadores” en la cabecera de Ingeniero Maschwitz, y reclamaron “el reconocimiento del cuerpo de delegados”.

Las medidas de fuerza comenzaron en forma sorpresiva, por la mañana, con un quite de colaboración, luego de que delegados denunciaron que desconocidos incendiaron el vehículo de uno de los principales sindicalistas del área, Néstor Marcolín, frente a su casa.

"Se determinó un paro de todos los ramales hasta que no se acate lo resuelto por el Ministerio de Trabajo respecto del reconocimiento de los delegados", señaló Marcolín.

En otro orden, denunciaron que en ese mismo lugar la policía halló dos autos llenos de armamento.

En ese marco, se registraron enfrentamientos a balazos entre dos grupos antagónicos de delegados. Fue en la cabecera que la empresa posee en Panamericana, en la localidad de Ingeniero Maschwitz.

“Nadie me convocó”, dijo el delegado de la Línea 60, Esteban Simonetta, en referencia a las autoridades del Ministerio de Trabajo. Sin embargo, advirtió que “el paro no se levanta más. Ya lo hicimos tres veces con falsas promesas”.

La protesta. “Se trata de una diferencia salarial, de las vacaciones del año pasado. La empresa cambió la modalidad de liquidación; eso creó un perjuicio económico a los trabajadores”, dijo el gremialista.

Simonetta lamentó que “la empresa agrandó el conflicto” y, entre otras cosas, reclamó que “no nos reconocen” como sindicato. “La gente no aguanta más”, dijo.

“Cuando levantamos el segundo paro, la empresa empezó a replicar con patotas”, enfatizó.

“Siempre pensamos que nos representa UTA pero no estamos de acuerdo con los dirigentes, no nos representan, no nos escucha”, remarcó.

La protesta afecta a unos 300 mil usuarios de esa línea de trasporte urbano que utilizan ese servicio a diario.