Que es el mecanismo de anticitera: una computadora de la antigua Grecia
Permitía seguir el movimiento de los planetas. Ha sido clasificado durante muchos años como uno de los objetos más enigmáticos de la arqueología mundial.
El mecanismo de Anticitera fue encontrado en Grecia en 1901 entre los restos de un naufragio de la época romana. Se trata de un tercio de un sistema de 30 engranajes de bronce como el de los relojes que se activa de manera manual y tiene algunas inscripciones en su superficie.
Según los cálculos, este artefacto fue construido entre el 70 y 200 antes de Cristo, así que tiene cerca de 2.200 años de antigüedad. Al momento en que fue encontrado su estado de deterioro era muy avanzado y sólo había un tercio del objeto completo.
Su apariencia es la de un reloj de mesa. Mide 34 x 18 x 9 centímetros, pero contiene más de 15.000 caracteres en lengua corintia (algunos de ellos de tan solo 1.2 milímetros), por ello es que se sabe que su origen es griego.
En 1901, se desconocía mucho acerca de la lengua corintia y los avances científicos de la época en la que este artefacto fue fabricado. Pero gracias a las labores de un grupo de expertos, hoy se ha descubierto la utilidad del mecanismo de Anticitera.
En 2021, científicos de la UCL Mechanical Engineering del Reino Unido descubrieron el propósito para el que fue construido este objeto después de armar la parte faltante. Este dispositivo se accionaba manualmente y su fin era predecir eclipses y otros eventos astronómicos.
Este hallazgo se hizo gracias a un escaneo en 3D para separar de manera virtual algunos de sus engranajes. Ello permitió descubrir que en su interior el mecanismo recreaba una especie de planetario.
En una de las placas, también descubrieron dos fechas: 462 y 442 años, las cuales corresponden a los ciclos planetarios de Venus y Saturno en el cielo, respectivamente, según los métodos matemáticos de Parménides, un filósofo de la época.
Tomando como base las marcas y los engranajes sobrevivientes, los expertos modelaron un nuevo engranaje con 63 dientes. Después lo encajaron en la máquina, y al moverlo se dieron cuenta que permite calcular ciclos planetarios con exactitud. Otra función era seguir las posiciones del sol y la luna, que también tienen movimientos variables respecto a las estrellas.
De esa manera pudieron calcular los ciclos de los demás planetas del Sistema Solar con bastante precisión.