El número de extranjeros que estudian castellano en Argentina se triplicó en los últimos cinco años.

El guarismo pasó de 10.500 en 2004 a 34.200 el pasado año.

Aunque la crisis financiera internacional hizo que el avance registrado en 2009 fuera inferior al de los años anteriores (9,5 por ciento frente al 25,6 por ciento de 2008), se confirmó el crecimiento sostenido del último lustro, según revela un informe de la Asociación Argentina de Docentes de Español (AADE) y la Cancillería argentina.

Pese a que el crecimiento tiene mucho que ver con "la devaluación de la moneda y los beneficios de la diferencia cambiaria", los extranjeros que eligen el país para aprender español lo hacen en gran medida por "su calidad académica y la difusión de Argentina como un país a la vanguardia", la presidenta de la AADE, Gabriela Rusell.

Pero mientras que la mayoría de los que tomaban clases hace cinco años eran viajeros que habían prolongado su estancia para aprender el idioma, en la actualidad dos tercios del total son estudiantes que llegan al país para realizar un intercambio universitario o desarrollar una investigación académica, apuntó Rusell.

Por ese motivo el 31 por ciento toma clases durante un período de seis meses, aunque el curso intensivo de un mes que eligen los turistas sigue siendo el segundo más elegido, con un 23 por ciento.

El estudio revela que la mayor parte de los estudiantes de español tienen entre 21 y 25 años (el 31 por ciento), seguidos, con un 21 por ciento, por las franjas de edad que van desde los 26 a los 30, y de los 31 a los 40, mientras que un 15 por ciento son mayores de 40.

En lo que respecta a la procedencia, los norteamericanos han desbancado a los europeos, con un 32 por ciento entre estudiantes de Canadá y Estados Unidos, aunque les siguen muy de cerca los del Viejo Continente, con un 30 por ciento, en su mayoría alemanes (un 38% del total de europeos), ingleses (29%) y franceses (17%).