Suspendieron una muestra de muñecas Barbie vestidas de Virgen María
Los artistas plásticos argentinos Marianella Perelli y Emiliano Paolini decidieron dejar sin efecto la muestra "ThePlasticReligion".
Las famosas muñecas Barbie quedaron envueltas en una nueva polémica después de que artistas plásticos suspendieran su muestra "ThePlasticReligion" (La religión de plástico) en Buenos Aires, en la que iban a exhibir las estilizadas figuras vestidas de santos y figuras religiosas.
"Hemos suspendido porque no hemos querido ofender", declararon los artistas Marianella Perelli y Emiliano Pool Paolini en su página en la red social Facebook."Nunca quisimos herir la sensibilidad de las personas de fe".
Protestas, advertencia de demandas y supuestas amenazas los llevaron a suspender su participación en la muestra "Santos y pecadores" que tenía fecha de apertura este sábado en la galería POPA del barrio porteño de La Boca.
"Creemos que el sentido de la obra ha sido malinterpretado y, sobre todo, distorsionado. Desde nuestra visión y calidad de artistas, nunca quisimos herir sensibilidades de las personas de fe, independientemente de la religión que profesen", explicaron.
Perelli, de 35 años, y Paolini, de 31, quisieron caracterizar a las muñecas como íconos religiosos y místicos locales, desde la Virgen María y la Virgen de Luján, hasta la Difunta Correa, la mujer que en 1841 murió de sed en una zona desértica de la provincia argentina de San Juan pero su pequeño hijo sobrevivió tomando su leche materna.
Antes de la apertura, los artistas difundieron fotos de las muñecas "santas" en su página de Facebook, lo que desató una polémica que superó las fronteras argentinas. "Queríamos ajustar la muestra escuchando la opinión de nuestros amigos en Facebook, por eso subimos las fotos", explicó Paolini a la agencia dpa.
"Estamos muy dolidos y también enojados. Pasamos un momento feo, fuimos inocentes", lamentó.
El objetivo de los artistas era guiarse por "el patrón de belleza, un canon de belleza, que siempre fue objeto de construcción de la religión". Se autodefinen como representantes del arte Lowbrow, un movimiento artístico popular surgido a finales de los 70, también conocido como surrealismo pop.
Pero su visión no fue compartida por sectores de la sociedad. El administrador del santuario de la Difunta Correa en San Juan, Daniel Rojas, anticipó que demandaría a los autores de la muñeca "Barbie Difunta Correa" por daños perjuicios, según informó el Diario de Cuyo. Según Rojas, muchos de los seguidores se manifestaron molestos por el juguete.
Recibieron además todo tipo de mensajes en Facebook. "También desde otros países como México, que decían cosas como 'la obra no va a ser exhibida' o 'qué pena perder la vida por esto'". "La mayoría los borraban al poco tiempo, después de dar tiempo para que los leyéramos", señaló a dpa Paolini.
"Aparecimos doblados en una entrevista en Turquía con imágenes de una Barbie vestida de la diosa Kali de la India, que no era nuestra", sostuvo.
Ante la polémica, los artistas plásticos retiraron las fotografías de la red social y suspendieron la muestra. "Teníamos que protegernos y proteger nuestro concepto como artistas", argumentó Paolini.
El dueño de la galería POPA, Marcelo Bosco, afirmó a dpa que "los artistas están muy asustados".
Hace diez años, la muestra "La civilización Occidental y Cristiana" del reconocido artista plástico León Ferrari (1920-2013) generó una enorme polémica, cuando expuso un avión de combate estadounidense como cruz sobre la que yacía la figura crucificada de Jesús. El entonces arzobispo de Buenos Aires y hoy papa Francisco, Jorge Bergoglio, calificó la obra de Ferrari como una "blasfemia". Por esta misma obra, Ferrari fue galardonado con el León de Oro en la Bienal de Venecia de 2007.
Paolini tomó distancia del caso. "Ferrari tenía una postura coherente, de treinta años, con un hijo desaparecido y su denuncia de la connivencia de la dictadura con la Iglesia. Yo lo respeto, no comparto su estética, me gustan otros artistas, pero lo respeto", consideró.
El galerista no descartó que la muestra se reprograme para otra fecha, una vez se calme la polémica. Paolini y Perelli quieren exponer sus muñecos, pero no bajo amenaza. "Quizás sería posible en Finlandia, pero no aquí en Argentina".