La cueva ubicada en una ladera con vistas al pintoresco valle del Ródano, en el sur de Francia, resultó ser irresistible para nuestros antepasados y atrajo tanto a neandertales como a humanos modernos.

En el artículo publicado el 9 de febrero en la revista Science Advances, investigadores de Europa y EEUU describieron su hallazgo: restos fosilizados de homo sapiens y herramientas de neandertales en la Gruta Mandrin, bautizada en honor de un popular héroe francés del siglo XVIII.

Los autores del estudio calculan que algunos de los restos humanos son de hace unos 54.000 años, casi 10.000 años antes que los hallazgos anteriores hechos en Europa, con excepción de Grecia.

"Esto profundiza significativamente la edad conocida de la colonización de Europa por parte de los humanos modernos", dijo a AP Michael Petraglia, experto en prehistoria del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, en Alemania.

Petraglia, que no participó en el estudio, dijo que este contiene importantes implicaciones para comprender mejor la difusión de los humanos modernos y nuestras interacciones con los neandertales.

Los investigadores dijeron que pasaron más de 30 años examinando cuidadosamente las capas de tierra dentro de la cueva, que se encuentra a 140 kilómetros al norte de Marsella.

Descubrieron miles de artefactos que pueden atribuirse a los neandertales o a los humanos modernos. Estos incluían herramientas de piedra avanzadas conocidas como "puntas" que fueron utilizadas por el homo sapiens —nuestro ancestro más cercano— para cortar o raspar, y como puntas de lanza.

Se han encontrado herramientas similares de casi exactamente el mismo período a unos 3.000 kilómetros de distancia, en el actual Líbano, lo que indica que los humanos modernos con una cultura común pudieron haber viajado por el mar Mediterráneo, dijo Ludovic Slimak, uno de los autores del nuevo estudio.

Si bien los investigadores no encontraron evidencia de intercambios culturales entre los neandertales y los humanos modernos que habitaban en la cueva, la rápida sucesión de ocupantes es significativa en sí misma, dijeron. En un caso, la cueva cambió de manos en el espacio de un año, agregó.

Slimak, arqueólogo de la Universidad de Toulouse, dijo que los hallazgos en Mandrin sugieren que el río Ródano pudo haber sido un vínculo clave entre la costa mediterránea y Europa continental.