Hoy inició la primera jornada de alegatos en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa y la fiscalía pidió cadena perpetua para todos los imputados por el delito de homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas. Luego de que el fiscal Juan Manuel Dávila detallara las acciones de los ocho acusados del asesinato, inmediatamente apuntó contra Juan Pedro Guarino y Tomás Colazo, dos amigos de los rugbiers que estaban en el lugar de los hechos pero quedaron fuera de la causa. Entonces anunció que acusará a ambos jóvenes por falso testimonio durante su participación como testigos en el juicio.

“Voy a hacer referencia a testigos de la defensa, me voy a referir a Pedro Guarino y Tomás Colazo. Ellos mismo se ubicaron, cuando se les exhibieron los videos, parados detrás de un auto, pegados a la pared, mientras que a dos o tres metros de ellos se estaba produciendo el ataque”, dijo Dávila.

Y agregó: “Inmutados quedaron, no se acordaron de nada de lo que pasó, por lo que no tengo dudas que estás personas por omisión mintieron, por lo que se va a solicitar que se inicie una causa por separado por falso testimonio”. La potencial pena en caso de ser encontrados culpables es de un mes a cuatro años de prisión.

Juan Pedro Guarino luego de la declaración en el tribunal
Juan Pedro Guarino luego de la declaración en el tribunal

De todas maneras, esos jóvenes podrían sustentar su defensa en el hecho que no están obligados a incriminarse en un delito, algo que podría ocurrir si reconocen que sabían de un plan criminal o que estaban al tanto de lo que pasó luego del ataque, cuando formaban parte del grupo.

En su testimonio, Guarino dijo: “Salgo por decisión propia -del boliche-, salgo más tarde que ellos. Salgo caminando por atrás y veo a mi izquierda que Luciano Pertossi está peleando con otro chico. Llego cuando Luciano ya no se estaba peleando más. Voy a ver cómo estaba él. Lo siento en un banco. Viene Ciro Pertossi. Luego escucho gritos a mi derecha, Luciano y Ciro se levantan y se van, imaginé que iban a pelearse de vuelta, no lo podía creer”, indicó y reveló: “Miro, veo a Máximo Thomsen y a un chico tirado en el piso, y después me entero de quién era. Cuando vi eso no lo podía creer, me enojó muchísimo, me fui solo”.

“¿Escuchaste algún comentario cuando llegaste a la casa?”, preguntó Burlando. “No, estaba muy enojado. Me metí en la habitación, cargué el celular”, respondió Guarino. “¿Cuándo te enteras que habían asesinado a una persona?”, lo consultó el abgado. “A la tarde, cuando estábamos con los precintos. Lo dijo un policía”, reveló el joven.

Este miércoles iniciaron los alegatos en el juicio por la muerte de Fernando Báez Sosa
Este miércoles iniciaron los alegatos en el juicio por la muerte de Fernando Báez Sosa

También dijo que había acercado una carta de disculpas a los padres de Fernando, pero Silvino Báez y Graciela Sosa comentaron que no la leyeron, ya que ellos, al igual que la fiscalía, están convencidos de que Guarino no fue sincero y que sabe más de lo que dijo en el tribunal.

Por su parte, Colazo declaró: “Al ver que se había iniciado una pelea, me acerco y me muevo en forma de medialuna, me quedo parando mirando para todos lados. Recuerdo a Máximo, a Ciro, escuché gritos. Veo a alguien en el piso, le pongo el brazo a Máximo en el pecho y le tiro para atrás con la intención de que no se pelee. Me mira y ve que era yo, no puedo recordar si continuó o finalizó”.

Burlando le preguntó si vio reaccionar a la persona que era golpeada. “Que yo recuerde no”. Consultado sobre quiénes vio cerca de la persona golpeada, dijo: “A Máximo y a Ciro”.

“¿Era posible frenar el ataque?”, le preguntó Burlando, a lo que el testigo contestó: “Hice el intento, no quería que se peleen”. También le preguntaron: “¿Viste que alguien agrediera a Thomsen?”, y Colazo dijo: “En ese momento, no”. “¿Viste a Fernando agredir a alguien?”, preguntó el abogado. La respuesta fue: “No”.