A raíz de un acuerdo entre el gobierno nacional, la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), y la Cámara de Importadores y distribuidores Oficiales de Automotores (Cidoa), los autos 0 kilómetro deberán contar indefectiblemente con doble airbags delanteros, sistema antibloqueo de frenos (ABS) y apoyacabezas como medidas mínimas de seguridad a partir del 1 de enero de 2014.

Si bien la nueva medida resultará ventajosa en términos de seguridad para el automovilista, encarecerá el valor de los vehículos base, que también deberán llevarlo, ya que las automotrices cargarán los costos sobre los compradores.

La imposición atañe tanto a las unidades de producción nacional como a las importadas y terminará impactando en el precio final de las más de 100 marcas que no cumplen actualmente con estas normas, informó el diario El Cronista.

Desde las concesionarias ya hacen cálculos y estiman que, sumado a la tasa inflacionaria, los precios de autos y camionetas se elevarán hasta un 20% en algunos casos.

Según indica la fuente, el acuerdo data de 2009 y las fábricas tuvieron tiempo de adecuarse a la medida, sin embargo, ya adelantaron que trasladarán los mayores costos directamente al valor de las unidades.

En una terminal que fabrica localmente y que deberá modificar varios de sus modelos explicaron que el costo del nuevo equipamiento va desde los $ 2.500 a los $ 3.500 y adelantaron que, como cualquier otra prestación, “se debería trasladar a los precios”.

Surge entonces un inconveniente, y es el del tope máximo de subas que impone y controla el Gobierno a través de la secretaría de Comercio que dirige Guillermo Moreno. Sucede que, para las automotrices, el tope máximo de aumento es de 7 por ciento para los modelos masivos, 14% para los medianos y 18% para los premium.

Desde las automotrices, calculan que el costo de las modificaciones oscilará entre un 5 y un 10 por ciento. A esto puede sumarse el aumento de impuestos en lo que refiere a sellos, como en el caso de la Capital Federal, que pasa de 1 a 3 por ciento.