Rescataron a dos hombres y su perra tras sobrevivir 10 días a la deriva en el Océano Atlántico
Los navegantes habían sido impactados por una tormenta que ocasionó que quedaran sin electricidad ni combustible a más de 300 kilómetros de la costa.
Tras estar 10 días a la deriva, dos hombres y su perra fueron rescatados de un velero que se quedó sin electricidad ni combustible a 320 kilómetros (200 millas) frente a las costas de Delaware, informó el martes la Guardia Costera de Estados Unidos.
Kevin Hyde, de 65 años y Joe Ditomasso, de 76, navegaban desde Cape May, Nueva Jersey, hacia Marathon, Florida. Su travesía comenzó en Carolina del Norte el 3 de diciembre, sin embargo, el Atrevida II no logró concretar su recorrido.
Durante una rueda de prensa celebrada el miércoles por la noche en Staten Island, los dos hombres declararon que fueron arrastrados por “una gran tormenta” que los sacó de camino. Ditomasso aseguró que estaba asombrado por las “olas de 40 pies (12 metros), había montañas, yo las estaba viendo”.
“Es una especie de pequeño milagro que nos encontraran”, dijo Hyde, según declaraciones citadas por FOX 5 New York. “Lo único que le pedí al Señor fue ver a mi nieta”, añadió Ditomasso durante la rueda de prensa. Ambos aseguran que sobrevivieron con un poco de fe, junto a su caniche llamada Minnie.
Al principio, sus familias no sospecharon nada raro. “Querían tener una escapada y llegar a un clima más cálido”, aseguró Nina DiTomasso, hija de uno de los navegantes. “Mi padre es muy malo con el teléfono y el cargador, seguimos llamando y saltaba el buzón de voz”, añadió, según el New York Times. Pero se preocupó cuando vio que Kevin tampoco le respondía. Luego vieron que las tarjetas de crédito no habían sido usadas desde que partieron.
La Guardia Costera fue notificada el domingo que los hombres estaban desaparecidos y lanzó una búsqueda desde Florida hasta Nueva Jersey. Buques y aeronaves de participaron en la misión junto con barcos de la Marina y embarcaciones recreacionales.
“Estábamos haciendo señas con las manos y cosas así porque, para entonces, mi mástil estaba bajado, todos los sistemas estaban mudos, estábamos como aferrados al barco”, recuerda Hyde. Y destacó la fortuna de haber sido hallados por el Silver Muna: “Es como encontrar una aguja en un pajar en esta situación”.