Joseph Aloisius Ratzinger, conocido como el Papa Benedicto XVI, falleció el sábado a los 95 años y sus fieles seguidores presentan sus respetos en una capilla del monasterio del Vaticano, y permanecerá en la basílica de San Pedro hasta el jueves a la espera de su funeral.

“Hoy encomendamos a nuestra Santísima Madre a nuestro amado Papa Emérito Benedicto XVI, para que lo acompañe en su paso de este mundo a Dios”, dijo su sucesor, el Papa Francisco en una misa especial de Año Nuevo.

Se espera una ceremonia sencilla, solemne y sobria de acuerdo con los deseos de Benedicto, y en la misa del domingo, Francisco saludó a los peregrinos y turistas desde una ventana del Palacio Apostólico y pidió la unidad de corazón y alma “para dar gracias a Dios por el don de este fiel servidor del evangelio y de la iglesia”

El Vaticano dio a conocer el testamento del Papa Emérito, Benedicto “El Bendecido” XVI, en el cual agradece a Dios por sus bendiciones y pidió perdón a todos aquellos por algún agravio cometido.

Para la Iglesia Católica Romana representó una sorpresa su renuncia luego de 10 años y al ser el primero en seis siglos en retirarse por voluntad propia, continuando sus actividades en el Vaticano. Fue considerado como un teólogo e intelectual y criticado por no interceder en los casos de abuso sexual dentro de la institución religiosa en todo el mundo.

Los líderes políticos mundiales expresaron sus condolencias: "Llevaré siempre en el corazón sus palabras y la defensa de las raíces cristianas de Europa", expresó en sus redes sociales Antonio Tajani, jefe de la diplomacia italiana y ex presidente del Parlamento europeo.

El brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ofreció “consuelo a los fieles y admiradores del Santo Padre”, antes de prestar juramento el domingo como presidente de Brasil, la nación católica más grande del mundo.