En un barrio cerrado de Pilar, un hombre amenazó con una escopeta a un grupo de adolescentes que se encontraban jugando al denominado 'ring raje'. Este juego consiste en tocar el timbre de una casa y correr para no ser descubierto, lo que provoca que los participantes se oculten para observar la reacción del propietario. Aunque se trata de una actividad infantil, el vecino reaccionó de manera violenta, lo que generó un revuelo considerable en la comunidad y en las redes sociales.

El evento tuvo lugar el pasado viernes alrededor de las 22 horas, cuando cuatro adolescentes de 14 años, dos de ellos residentes del lugar y los otros compañeros de colegio, se encontraban participando del juego. El vecino, visiblemente molesto, salió de su hogar con un arma de fuego para intimidar a los chicos, quienes se encontraban en una situación de vulnerabilidad. La agresión no solo se limitó a los adolescentes, ya que el hombre también increpó a una vecina, expresando su descontento por la situación y responsabilizándola por la conducta de los jóvenes.

En el video grabado por una cámara de seguridad de la vecina, se puede observar cómo el agresor, sin soltar la escopeta, se dirige con insultos hacia ella, reclamando por la presencia de los adolescentes en el vecindario. A lo largo de la discusión, el guardia de seguridad del barrio cerrado se encontraba presente, pero no intervino en la situación, lo que generó inquietud entre los testigos del incidente.

Posteriormente, la vecina realizó una denuncia ante la policía, lo que llevó a un allanamiento en la residencia del agresor al día siguiente. Como resultado de este procedimiento, el hombre fue demorado y se le impuso una medida de restricción que le prohíbe acercarse tanto a la denunciante como a su familia. La mujer que formalizó la denuncia relató que, al escuchar golpes en su puerta, inicialmente se sintió tranquila al ver al personal de seguridad, pero la situación se tornó tensa al encontrarse con el vecino armado.

La mujer enfatizó que el comportamiento del hombre fue desproporcionado y que su reacción con un arma de fuego ante una travesura infantil no era justificable. A pesar de reconocer que los adolescentes actuaron de manera imprudente, subrayó que la situación no ameritaba una respuesta tan extrema.