El jardín de Alperovich
Siete de cada diez tucumanos votaron por José Alperovich y eso es una paliza acá y en la China. La soberanía del pueblo lo eligió para que siga gobernando por 4 años mas y complete un mandato de 12. Eso es indiscutible.
Siete de cada diez tucumanos votaron por José Alperovich y eso es una paliza acá y en la China. La soberanía del pueblo lo eligió para que siga gobernando por 4 años mas y complete un mandato de 12. Eso es indiscutible. Pero también hay que decir que Alperovich reformó la Constitución para permitir este nuevo período que no estaba permitido y anoche ya se hablaba de una nueva modificación de la Carta Magna para habilitar algo asi como el “Alperovich eterno”.
Hacer de las reglas un traje a medida del gobernante no es lo mas recomendable para mejorar la calidad democrática. Se corren muchos riesgos. Por ejemplo, el de construir una hegemonía de partido o de candidato único, como en este caso, que no permite la alternancia en el poder. Eso convierte a Alperovich en un caso similiar a lo que fue Vicente Saadi en Catamarca o Carlos Juarez en Santiago del Estero. Eran señores feudales poco menos que dueños de la suma del poder provincial.
Eso es lo que hoy se le critica a Alperovich. Maneja la justicia, la legislatura y la oposición casi no existe. Un buen candidato como el senador radical Jose Cano tuvo el apoyo de casi todo el arco político, desde el PRO de Macri al socialismo de Binner y anduvo por el 15% de los votos. ¿Qué pasó en Tucuman? La primera respuesta es que la economía productiva de la provincia vuela. Crece al 7,5% en base a las obras públicas y la agroindustria. La caña de azucar superó un millón 300 mil toneladas pese a que hubo algún problema climático. Argentina es el primer exportador del limones del mundo y Tucuman aporta el 84% de esos cítricos. Los arándanos tucumanos llegan a la mesa del desayuno de los norteamericanos en 24 horas como exportacion no tradicional.
Alperovich recordó que Néstor Kirchner lo ayudó a erradicar el hambre y la desnutrición infantil que habían hecho tristemente célebre a esta provincia y dedicó su triunfo a la presidenta de la Nación. Alperovich es un militante del PP, del partido del poder. Acompañó siempre el calorcito oficial y fue sucesivamente radical con De la Rua, duhaldista con Duhalde y, por supuesto, kirchnerista de la primera hora. Ayer logró un resplado popular espectacular, aunque en el 2007 había conseguido 8 puntos porcentuales mas de votos.
Su esposa, Beatriz Rojkes es senadora nacional, presidenta del Partido Justicialista al que se afilió hace algunos años y amiga de la presidenta Cristina Fernández. Otra amiga muy cercana a Cristina es la senadora Stella Maris Córdoba que fue como candidata del kirhnerismo puro y saco muy pocos votos. Pero definió a Alperovich como alguien “ que instaló la cultura del autoritarismo y de la convivencia con sectores de la dictadura y el bussismo”. De hecho, el libro “El Zar tucumano” que escribieron los periodistas Nicolas Balinotti y José Sbrocco casi no se pudo vender en la provincia producto de las presiones del poder.
Uno podría preguntarse cual de las dos senadoras es mas amiga de la presidenta. ¿ Beatriz o Stella? ¿La primera dama o la mas revolucionaria? El peronismo admite esta respuesta: es igualmente amigas de las dos, pero un poco mas de la que gana. Lo mismo pasa en Buenos Aires con Daniel Scioli y Martín Sabbatella. Cristina coloca a los dos bajo su poncho porque ambos suman a su candidatura, pero como no come vidrio, prefiere al que saca 10 veces más votos. La inmensa mayoría de los tucumanos eligió a alguien que bajó la pobreza del 60 al 14 por ciento, que a pesar de incrementar mucho el empleo público bajó la desocupación del 25 al 4,6% y a eso no hay con que darle. Es verdad que apela a un clientelismo feroz y primitivo y que sus padres compraron dos millones de dólares igual que Néstor Kirchner en plena hecatombe económica internacional y eso les posibilitó hacer un gran negocio.
Pero una vez mas el ciudadano común privilegió el crecimiento económico, la estabilidad, el bienestar y la gobernabilidad por encima de otras cuestiones republicanas. En el jardín de la República no quieren volver a ese Tucuman de la desnutrición y la miseria. Y la mayoría de los ciudadanos cree que Alperovich fue el piloto de tormentas que los sacó de la crisis y es el que tiene que seguir conduciendo el barco. Aunque el jardín de la República se haya convertido en el jardín de Alperovich.