Mensaje de Cuaresma: El Papa reclamó mayor justicia, igualdad y espíritu solidario
Francisco pidió además combatir la miseria moral y no convertir en ídolos al poder, el lujo o el dinero.
El papa Francisco reclamó mayor justicia, equidad y espíritu solidario, y criticó la desigual distribución de la riqueza producto de convertir en "ídolos" al poder, el lujo y el dinero, en su mensaje para la Cuaresma distribuido hoy por la Santa Sede.
El pontífice argentino también pidió combatir la miseria moral, que "conduce a la dependencia del alcohol, las drogas, el juego y la pornografía".
"Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos, se anteponen a la exigencia de una distribución justa de las riquezas. Por tanto, es necesario que las conciencias se conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir", subrayó.
En el texto para el tiempo preparatorio para la Semana Santa, que para la grey católica comienza el 5 de marzo con la celebración del Miércoles de Ceniza, Francisco centró su reflexión en la pobreza material y espiritual.
"La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele", advirtió.
El Papa recordó que "los cristianos estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas".
"La miseria no coincide con la pobreza; la miseria es la pobreza sin confianza, sin solidaridad, sin esperanza. Podemos distinguir tres tipos de miseria: la miseria material, la miseria moral y la miseria espiritual", sostuvo.
Tras destacar el servicio de la Iglesia para responder a la miseria material que "habitualmente" llamamos pobreza y a "cuantos viven en una condición que no es digna de la persona humana", expresó su preocupación por la miseria moral que, afirmó, "consiste en convertirse en esclavos del vicio y del pecado".
"Cuántas personas se ven obligadas a vivir esta miseria por condiciones sociales injustas, por falta de un trabajo, lo cual les priva de la dignidad que da llevar el pan a casa, por falta de igualdad respecto de los derechos a la educación y la salud. En estos casos la miseria moral bien podría llamarse casi suicidio incipiente", aseveró.
Francisco indicó que "esta forma de miseria, que también es causa de ruina económica, siempre va unida a la miseria espiritual, que nos golpea cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su amor" y aseguró que "el Evangelio es el verdadero antídoto contra la miseria espiritual".
Por esto, el Papa recordó que "en cada ambiente el cristiano está llamado a llevar el anuncio liberador de que existe el perdón del mal cometido, que Dios es más grande que nuestro pecado y nos ama gratuitamente, siempre, y que estamos hechos para la comunión y para la vida eterna. ¡El Señor nos invita a anunciar con gozo este mensaje de misericordia y de esperanza!"
"Que este tiempo de Cuaresma encuentre a toda la Iglesia dispuesta y solícita a la hora de testimoniar a cuantos viven en la miseria material, moral y espiritual el mensaje evangélico, que se resume en el anuncio del amor del Padre misericordioso, listo para abrazar en Cristo a cada persona. Podremos hacerlo en la medida en que nos conformemos a Cristo, que se hizo pobre y nos enriqueció con su pobreza", concluyó.