Muchas veces desde el gobierno nacional han demostrado desprecio por la trayectoria de figuras emblemáticas de la creatividad y la defensa de la democracia y los derechos humanos. La lista de estos tristes sucesos es larga. Pero hay dos que generaron mucho revuelo. La calificación, o mejor dicho la descalificación de Menchi Sábat, uno de los más prestigiosos dibujantes del mundo.
 
“Cuasimafioso”, le dijo la presidenta Cristina porque Menchi, en una caricatura, la había mostrado con dos tiritas cruzadas sobre su boca. Hasta soldados kirchneristas como Horacio Verbitsky se atrevieron a decir que eso no era correcto. Otra actitud terrible es el intento de reescribir la historia a gusto del consumidor. Este gobierno tuvo la osadía de colocarle otro prólogo al libro Nunca Mas que produjo la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas. No les gustaba el de Ernesto Sabato, repito, el de Ernesto Sabato no el de juan de los palotes y el actual secretario de derechos humanos escribió otro que dejó mas tranquilas las conciencias de aquellos que utilizaron el asesinato como instrumento político y que, por momentos, no solo no muestran arrepentimiento sino que exigen un homenaje y un monumento. Sabat, Sabato y ahora como si esto fuera poco intentaron ensuciar la memoria de Tato Bores.

Si señor, de Tato Bores. Se lo cuento en dos palabras. En uno de esos programas de televisión que pagamos todos los argentinos para que les chupen las medias al gobierno un par de muchachos ignorantes se atrevieron a cuestionar con liviandad la actuación de Tato Bores. Uno de ellos dijo “hizo programas políticos durante todas las dictaduras”. Es grave meterse con Tato y sobre todo desde la televisión para estatal. Pero de las palabras surgía con toda claridad la nula información y formación de sus protagonistas. Pero después, cuando se rebotó ese programa en otro de los que tiene el gobierno para hacer lo mismo sucedió algo mas grave porque el que metió la pata fue el propio ministro del Interior, Florencio Randazzo. Dijo que “me extraña que hombres que tenían una enorme responsabilidad y un enorme crédito…eh…deberían haber tenido otra actitud mucho mas combativa sobre lo que estaba ocurriendo en la Argentina.

No alcanza ni la ironía ni el chiste porque la historia fue trágica… si hubieran tenido otra actitud no hubiéramos tenido que lamentar 30 mil personas, lo digo con el miedo de estar cometiendo una injusticia.”.. También dijo Randazzo, nada menos que el ministro del Interior, el ministro político, el que venía de acusar a periodistas y a La Nación y Clarín de atacar la democracia, que no se sentía con autoridad para hacer una acusación y que el comentario lo hacía con mucho respeto. Siento la obligación de hacer yo también un par de comentarios, con mucho respeto. Y decirle al señor Ministro que estaba en lo cierto, que estaba cometiendo una injusticia. Y de paso le pregunto como para conocer más su pensamiento. Le reclama a Tato una actitud mucho mas combativa.. OK… ¿Como quien? ¿Cómo sus jefes políticos, por ejemplo? Como Néstor y Cristina que durante la dictadura se dedicaron a construir una fortuna cobrando a deudores morosos asfixiados económicamente por una ley de la dictadura. A esos abogados que no presentaron un solo habeas corpus, aunque sea, por los presos y los desaparecidos. A usted, señor ministro, con todo respeto,¿Le hubiera gustado que Tato tuviese una actitud combativa como la de los Kirchner? Tato Bores padeció la censura de Isabel y Lopez Rega desde el mismo momento en que se murió Perón. Un grupo de tareas de civiles armados con ametralladoras irrumpió en su departamento a las 5 de la mañana. Lo encontraron en calzoncillos y finalmente se llevaron a Patricia, su sobrina, que vivía en el piso de arriba junto a sus padres, es decir el hermano de Tato. Patricia y su marido recién casados se comieron 8 años de cárcel bajo la dictadura.

La vida de Tato ya no fue la misma. Y cada vez que su trabajo le permitió estar cara a cara con alguno de los dictadores pidió por su libertad y por su vida. Esto no lo digo yo. Está en el libro de Carlos Ulanovsky y lo cuenta siempre Santiago Varela que fue uno de los más brillantes guionistas. Ni Carlos ni Santiago pueden ser acusados de antikirchneristas y mucho menos de colaboracionistas de la dictadura. Todo lo contrario, son gente de bien que siempre defendió la democracia y los derechos humanos. Hasta Sandra Russo que es la biógrafa oficial de la presidenta contradijo al ministro Randazzo.
 
Tato estuvo amenazado mil veces. Le pusieron una bomba en la casa cuando muchos de sus amigos ya habían marchado al exilio. Uno de sus hijos, Alejandro, tenía 16 años cuando tuvo que abrirle la puerta a aquellos fachos que se llevaron a su prima Patricia. Este domingo salió a defender a su padre de toda manipulación histórica porque Tato no puede defenderse, murió en 1996. Dentro de 12 días, Berta, la legendaria mujer de Tato Bores cumplirá 80 años. Esta columna es para ella. Un desagravio para un grande de la democracia, la libertad y la cultura como Tato. Y para Tato que está en el cielo, un solo pedido: perdónalos Tato, no saben lo que hacen.