Ahora, a Djokovic no le permiten entrar a Australia por problemas de visa
El número 1 del mundo lleva siete horas demorado en el aeropuerto de Melbourne. En Serbia denuncian que lo tienen incomunicado y que no le permiten hablar con su equipo de trabajo.
La polémica con Novak Djokovic y el Abierto de Australia trajo un nuevo capítulo inesperado. Luego de haber recibido una polémica exención médica para jugar el torneo sin haber demostrado que tiene el esquema de vacunación completo, el tenista fue demorado en el aeropuerto de Melbourne y no lo dejan entrar al país por problemas con la visa.
Nole llegó al país oceánico alrededor de las 23:30, hora local, y cerca del amanecer sigue retenido por las autoridades locales. Lo interrogan tanto en relación al permiso obtenido para jugar el torneo como sobre la visa que presentaron él y su equipo para ingresar.
La exención que recibió el serbio es casi un tema de estado para Australia. El primer ministro Scott Morrison había manifestado que sería implacable respecto de la necesidad de haberse vacunado para entrar al país y que no habría "excepciones para tenistas".
El mandatario pareció ser desautorizado luego de que Tennis Australia le permitiese al 1° del ranking ATP jugar el primer torneo de Grand Slam del año y volvió a recalcar que no habría "medidas especiales para Djokovic".
Por eso, algunos medios serbios apuntan que este supuesto problema de papeles es en realidad una muestra de poder y rigurosidad política ante la situación. Por otra parte, denuncian que no le permiten usar su celular ni hablar con su equipo de trabajo.
Desde el gobierno australiano alegan que el equipo del jugador confundió los papeles que debía presentar y no incluyó en el pedido de visa la exención médica que le fue otorgada a Djokovic para poder estar presente en el torneo de Melbourne.
El tenista aguarda por una definición, ya sea que le permita entrar al país o que derive en una deportación y le permita regresar a Europa. De alguna manera, la puja de poder entre organismos deportivos y políticos y las figuras del mundo del tenis, rememora en cierta forma el bochorno del partido suspendido entre Brasil y Argentina en San Pablo. La diferencia es que aquí las autoridades tomaron cartas en el asunto ni bien Djokovic arribó al país y no lo fueron a buscar a la cancha cuando ya había empezado a jugar.