Argentina jugó mal e igualó sin goles con Rumania
El conjunto de Alejandro Sabella disputó el último amistoso en tierras europeas de cara a la Copa Mundial y dejó muchas dudas dentro de la cancha.
Había una gran expectativa por el último ensayo de la selección argentina antes del Mundial de Brasil. Rumania aparecía como un rival accesible en los papeles para que Alejandro Sabella le diera rodaje al once que prácticamente tiene decidido poner en el debut ante Bosnia, en el Maracaná, el 15 de junio.
Sin embargo, la Argentina quedó en deuda en el 0 a 0 ante los rumanos en Bucarest. Una actuación que seguramente deja preocupado a Sabella, quien encontró buena respuesta en Sergio Romero, uno de los hombres que estaba bajo la lupa. Sin sufrir en defensa, a la selección le faltó explotar su mayor virtud: el ataque.
La Argentina no pudo aprovechar a sus hombres de ataque, quienes no lograron desnivelar a un equipo rumano que se defendió bien. Ahora, en el horizonte vendrá la lista definitiva de 23 jugadores de Sabella para la Copa del Mundo. Luego, los dos últimos amistoso de despedida serán ante Trinidad y Tobago y Eslovenia.
En un partido tibio, sin demasiadas ocasiones de gol, Rumania tuvo la primera chance para convertir a los 20 minutos con un cabezazo de Cristian Tanase, que fue desviado al córner por Romero.
Desde el comienzo, la Argentina no estuvo cómoda con la pelota en su poder, con una Rumania que se cerraba en defensa y bloqueaba los caminos hasta su arco.
Recién a los 38 minutos llegó la primera jugada clara de gol para la Argentina. Fue en una maniobra individual de Agüero, que dejó cuatro rivales en el camino pero falló en la definición ante la salida del arquero Tatarasanu, que desvió su remate.
En el segundo tiempo, la selección mostró una mejoría, aunque no logró adueñarse del partido y cada tanto sufría por alguna escapada de contraataque de Rumania.
A los 2 minutos, Agüero quedó frente al arquero, lo eludió pero la pelota se le fue larga y un defensor llegó para enviar su remate al saque de esquina.
La mejor cara llegó con Messi retrasado, más como asistidor y generador de juego, y desde sus pies partieron las jugadas más claras de gol del equipo. Como una asistencia suya para la proyección de Marcos Rojo por el lateral izquierdo, que sacó un centro rasante que Rodrigo Palacio no pudo rematar con precisión dentro del área chica.
A cinco del final, Messi fabricó otra llegada al sacarse dos jugadores de encima y habilitar a Palacio, que dentro del área tocó para Lavezzi, quien se encontró otra vez con una buena respuesta del arquero rumano.