Tras recibir amenazas "creíbles, pero no confirmadas", el centro de Washington, sobre todo los alrededores de la Casa Blanca y otros edificios gubernamentales, fueron rodeados por patrullas de la policía, también fuertemente presentes en otras partes de la capital estadounidense.

Medios locales indicaron que miles de policías serán desplegados a lo largo de esta jornada tanto en Washington como en Nueva York, junto con expertos en bombas, francotiradores, miembros de la Guardia Nacional y analistas de inteligencia del FBI.

El vicepresidente Joe Biden no descartó que el país pueda sufrir el ataque de "un lobo solitario" con motivo del décimo aniversario del ataque, aunque insistió en que Estados Unidos es un país "más seguro que hace una década", informó Europa Press.

"Siempre hay una posibilidad de que ocurra un incidente", señaló el vicepresidente en una entrevista concedida a la cadena norteamericana CNN, pero enseguida matizó que considera improbable "que haya alguien capaz ahora de poner en práctica una operación de tal extrema complejidad como la que tuvo lugar el 11 de septiembre de 2001".

El diario New York Times afirmó que las autoridades quisieron mantener un total control sobre todo en las zonas donde se realizarán homenajes, tanto donde se encontraban las Torres Gemelas como en la capital estadounidense.