La Argentina presentó su plan de monitoreo por Botnia, pero Uruguay pidió una prórroga de diez días.

Los equipos científicos de ambos países no lograron conciliar una estrategia común, tal como lo habían delineado Cristina Fernández y José “Pepe” Mujica.

Debido a la falta de acuerdo, la delegación uruguaya designada para analizar los efectos contaminantes de la pastera pidió que se pospusiera la presentación pública del estudio sobre la planta y el río Uruguay.

La solicitud fue aceptada por el canciller Héctor Timerman y, por ese motivo, la Argentina postergó la difusión de los proyectos de monitoreo.