El nuevo ministro de Economía de Brasil le declara la guerra a la inflación
Tras ser designado por Dilma Rousseff, Joaquim Levy fijó como meta para 2015 lograr un superávit fiscal equivalente al 1,2 % del PBI.
Ordenar las cuentas públicas de Brasil será su prioridad. Ese fue el mensaje principal del nuevo ministro de Economía del país, Joaquim Levy, que anunció hoy que el gobierno buscará el próximo año una meta de superávit fiscal del 1,2% del PBI y controlar la inflación para reactivar el débil crecimiento.
"Vamos a trabajar con una meta de superávit fiscal primario [ahorro para el pago de la deuda pública] de 1,2% del PBI para 2015, mientras que para 2016 y 2017 esta no será menor a 2%", dijo Levy en una conferencia de prensa, tras ser nombrado como ministro de Economía por la presidenta Dilma Rousseff .
"Esta meta es fundamental para reactivar el crecimiento", agregó Levy, que evitó anticipar las medidas de ajuste fiscal que planea adoptar. El cumplimiento de este objetivo de ahorro es seguido atentamente por el mercado y por organismos multilaterales, y es tomado como una señal de confianza en la economía brasileña.
Por su parte, el nuevo titular de la cartera de Planificación, Nelson Barbosa, dijo en la misma conferencia de prensa que adecuará el presupuesto del gobierno a las necesidades de "control riguroso de la inflación, estabilidad fiscal y generación de empleo".
En esta misma línea, Alexandre Tombini, jefe del Banco Central, sostuvo que el gobierno "no será complaciente con la inflación".
El control de la inflación en Brasil es cometido del Banco Central por normativa vigente.
Levy, un economista de 53 años cercano al mercado, fue designado en reemplazo de Guido Mantega, que ocupaba el cargo desde 2006. Con estos cambios, el objetivo de Dilma es formar un equipo económico más ortodoxo y enfocado en recuperar la confianza de los inversionistas.
En un comunicado, el gobierno brasileño no informó el momento en el que Levy y Barbosa asumirán sus nuevos puestos. Mantega y Belchior "permanecerán en sus cargos hasta que se concluya la transición y la formación de los nuevos equipos de sus sucesores", señaló la nota.
Levy fue secretario del Tesoro durante el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, en un momento en el que las cuentas públicas sufrieron fuertes ajustes, lo que deberá realizar nuevamente ahora al mando de Economía.
Barbosa fue secretario ejecutivo del Ministerio de Hacienda, cargo que abandonó en medio de sus críticas sobre la política fiscal que, en los últimos años, contribuyó para que se conjugara un cuadro de alta inflación y débil crecimiento.
La elección del nuevo equipo económico es una muestra de que Dilma cedió, después de que su primer mandato estuvo marcado por la caída en la confianza y pobres datos fiscales, lo que abrió la posibilidad de que Brasil pudiera perder el codiciado "grado de inversión".