Con una hoja de coca en la mano, el presidente de Bolivia, Evo Morales, defendió ante el plenario de la Comisión de Estupefacientes de la ONU reparar "un error histórico" y despenalizar en su país esa planta para usos tradicionales y medicinales.

"Le pido a todas las instituciones, a todos los países, que se repare un daño histórico", declaró en Viena Morales sobre la inclusión de la hoja de coca en la lista de sustancias bajo control internacional en la convención antidrogas de 1961.

"No hay ningún dato en el mundo que diga que esta hoja de coca haya hecho daño a la salud ni al ser humano", subrayó Morales en un discurso de media hora que acabó con aplausos de numerosas delegaciones.

Morales incluso mostró desde el podio toda una amplia gama de productos fabricados con hoja de coca, como mermelada, té, mate, refrescos, e incluso un licor elaborado en Holanda.

"Los productores de la hoja de coca no somos narcotraficantes, los consumidores no somos narcodependientes", relató Morales, para explicar que se recuperó recientemente de una dolencia en el estómago gracias al mate de coca.

El mandatario boliviano también destacó en su discurso los avances hechos en su mandato en la lucha contra el narcotráfico y el propio compromiso de los cultivadores de hoja de coca de racionalizar sus cosechas. "En Bolivia no va a haber libre cultivo de coca, pero tampoco va a haber cero de coca", destacó.

También lamentó que los narcotraficantes tengan "mayor equipamiento y mayor tecnología que el Estado mismo", lo que hace difícil la lucha contra las drogas para un Gobierno con escasos recursos. Por ello, solicitó a la comunidad internacional "su participación efectiva con radares, helicópteros, aviones tripulados y no tripulados para que el combate contra las drogas sea mucho más efectivo".