La Corte Suprema emitió una decisión unánime preservando el acceso a un medicamento que se utilizó en casi dos tercios de todos los abortos en Estados Unidos el año pasado. Esta fue la primera resolución del tribunal sobre la interrupción del embarazo desde la anulación de Roe v. Wade por parte de los jueces conservadores hace dos años. 

Los jueces determinaron que los opositores al aborto carecían del derecho legal para demandar la aprobación del medicamento mifepristona por parte de la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA), así como las acciones posteriores de la FDA para facilitar el acceso al mismo. Este caso había generado preocupaciones sobre la posible restricción del acceso a la mifepristona en todo el país, incluso en estados donde el aborto sigue siendo legal. 

El juez Brett Kavanaugh, en representación del tribunal, expresó que "los tribunales federales no son el lugar adecuado para abordar las preocupaciones de los demandantes sobre las acciones de la FDA". Kavanaugh, quien formó parte de la mayoría que derogó Roe v. Wade, destacó la importancia de dirigir las inquietudes a legisladores y reguladores en lugar de recurrir a instancias judiciales. 

El caso actual no solo aborda el acceso a la mifepristona, sino que también plantea cuestiones sobre una ley federal relacionada con el tratamiento de emergencia en hospitales y su impacto en las prohibiciones estatales de aborto en casos de urgencia. 

Más de 6 millones de personas han utilizado la mifepristona desde el año 2000. Este medicamento, junto con el misoprostol, se utiliza para interrumpir un embarazo hasta las 10 semanas de gestación. Los proveedores de atención médica han señalado que la mifepristona es fundamental para la interrupción segura y efectiva de los embarazos.