Las consecuencias de manejar luego de consumir marihuana
Los límites de consumo de alcohol al volante son conocidos pero hay pocos datos actualizados sobre el impacto real de la marihuana en el rendimiento de los conductores.
El cannabis es la segunda sustancia más consumida en Canadá, después del alcohol. Si bien existe una comprensión profunda del impacto del alcohol en la conducción en el país norteamericano, el cannabis es una sustancia mucho más compleja y puede afectar a los consumidores de manera diferente según el tipo de producto, la cantidad utilizada y la tolerancia potencial de una persona.
En el caso del alcohol, hay cantidades universalmente aceptadas para lo que constituye una sola bebida: 354 mililitros de cerveza normal, 147 mililitros de vino y 44 mililitros de licores destilados. No hay un equivalente acordado para el cannabis, afirma Marlene Lira, directora de investigación de la Unidad de Investigación y Educación sobre Adicciones Clínicas del Centro Médico de Boston. Esto hace que sea difícil para los consumidores medir la cantidad que realmente han consumido y evaluar cuánto cannabis es demasiado antes de salir a la calle.
Durante la última década, los accidentes de tráfico relacionados con el cannabis han aumentado, y el consumo recreativo de la droga sigue creciendo. Un análisis reciente de los datos de seguridad pública de Estados Unidos mostró que, entre 2000 y 2018, el porcentaje de muertes asociadas con vehículos automotores que involucran cannabis se duplicó con creces, al pasar del nueve por ciento a cerca del 22 por ciento. Por el contrario, el porcentaje de muertes relacionadas con el alcohol se mantuvo aproximadamente igual durante este período.
Si bien hay una escasez de datos que comparen directamente los peligros de conducir mientras se está drogado frente a los de conducir borracho, los estudios que existen sugieren que, comparada con el alcohol, podría ser que la marihuana conduzca a menos accidentes automovilísticos mortales. En una revisión de 2017 realizada entre más de 4000 conductores de una base de datos de la policía en Francia, los investigadores encontraron que quienes conducían bajo la influencia del alcohol tenían aproximadamente 17,8 veces más probabilidades de ser responsables de accidentes automovilísticos mortales que los conductores que estaban sobrios, mientras que los conductores bajo la influencia de la marihuana tenían 1,65 veces más probabilidades de causar accidentes mortales. Un estudio de los informes de seguridad vial de Estados Unidos de 2007 estimó que los conductores que consumían marihuana tenían 1,83 veces más probabilidades de verse implicados en un accidente mortal que los conductores sobrios.
Los estudios de este tipo suelen basarse en conductores a los que se les realizaron pruebas de detección de drogas tras accidentes de tráfico. Pero como el cannabis puede permanecer en los tejidos grasos hasta 28 días, un test de drogas positivo no significa necesariamente que el conductor estuviera drogado en el momento de conducir. Esto puede dar lugar a mediciones imprecisas de cómo el cannabis afecta realmente a la capacidad de una persona para conducir, dijo Godfrey Pearlson, profesor de neurociencia de la Universidad de Yale que ha investigado la marihuana y la seguridad en los automóviles.
También es difícil para los consumidores de marihuana predecir con exactitud el grado de afectación y la duración de la misma. Si te fumas un porro o consumes de una pipa de agua, te sentirás drogado en cuestión de minutos y luego volverás a la normalidad después de tres o cuatro horas, dijo Pearlson. Si optas por un brownie o una gomita de marihuana, el subidón tarda más en aparecer, ya que la marihuana de los comestibles tiene que ser absorbida por el intestino y metabolizada por el hígado. Y es complicado predecir cuánto tiempo durará ese subidón, dijo Pearlson.
“Si alguien consume un comestible, el escenario clásico es que diga: ‘Oye, no siento esto’, y luego pasan 40 minutos, y se sube a un carro y empieza a manejar”, dijo Collin Reiff, psiquiatra de NYU Langone Health, en la ciudad de Nueva York.
El THC, la sustancia embriagadora del cannabis, perjudica una serie de comportamientos relacionados con la conducción, entre ellos la capacidad de moverse entre carriles. También retrasa los tiempos de respuesta en general, dijo Lira.
Los efectos psicoactivos del cannabis también pueden hacer que la conducción sea peligrosa. La paranoia que algunas personas experimentan cuando están drogadas puede inducirles un ataque de pánico en la carretera, dijo Reiff. La marihuana también puede crear una sensación de tiempo alterado, la sensación de que todo lo que te rodea se mueve más lento de lo que realmente es. “Hay ese chiste: ¿Por qué te pararon?”, dijo. “Si vas con exceso de velocidad, es por el alcohol. Si vas demasiado despacio, es por el cannabis”.
El cannabis también confunde la percepción de lo que es seguro y lo que no. En un ensayo aleatorio con 191 consumidores habituales de cannabis (personas que consumían la droga una media de 16 veces al mes), los investigadores indicaron a los participantes que fumaran cigarrillos de THC o placebos hasta que se drogaran tanto como quisieran durante un periodo de diez minutos, dando un mínimo de cuatro bocanadas.
Treinta minutos más tarde, y a lo largo del día, se les hizo participar en una serie de simulaciones de conducción. Antes de cada simulación, los investigadores pidieron a los participantes en el estudio que evaluaran su nivel de afectación y su capacidad para conducir. Tras ese primer intervalo de 30 minutos entre fumar y conducir, algo menos de la mitad de los participantes en el estudio que fumaron THC dijeron que se sentían seguros para manejar en su estado actual. Pero después de 90 minutos, casi el 70 por ciento se consideraba apto para conducir, a pesar de que el grupo del THC tenía un rendimiento igual de malo (y peor que el grupo del placebo) en las simulaciones.
“Existe esta desconexión: después de un tiempo, sienten que se les pasa el efecto”, dijo Thomas Marcotte, profesor de psiquiatría de la Universidad de California en San Diego, que dirigió el estudio. “Pero, de hecho, no eres necesariamente un buen juez en ese momento. Aun así, no deberías salir a la carretera”.
En Argentina el Registro del Programa de Cannabis (Reprocann) es el instrumento más novedoso de la Ley 27.350, de uso terapéutico de la milenaria planta de cannabis, y ya habilitó a más de 40 mil usuarios para la tenencia y el consumo en Argentina . Para algunos, el registro es únicamente de una política pública vinculada a la salud. Para otros, entre los que se encuentran muchos consumidores ocasionales de marihuana, es un avance evidente hacia la legalización. Quizás sea ambas cosas al mismo tiempo.