En Siria, los nuevos bombardeos sobre Damasco dejaron, al menos, 32 muertos. En la segunda ciudad del país, Alepo, las autoridades también siguieron sus operaciones contra los que califican como “terroristas”.

En tanto, los rebeldes sirios atacaron un aeropuerto militar en la provincia de Alepo, aseguraron activistas de la oposición, mientras el nuevo enviado de la ONU y la Liga Árabe a Siria, comenzó su misión para ayudar a poner fin al conflicto que dura ya 18 meses. Los rebeldes afirmaron también haber capturado varios misiles tierra-aire.

Por su parte, el viceministro del Exterior sirio, Faisal Mokdad, acusó a Turquía de “entrenar y permitir entrar (a Siria)a terroristas, a Al Qaeda. La mayoría de los terroristas en Siria entran desde Turquía”. Como respuesta, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, reiteró la exigencia de su país de que se cree una zona de protección para los desplazados en Siria.

En este contexto, el diplomático argelino Lakhdar Brahimi inició formalmente su misión como enviado de la ONU en el estragado país, luego de que su predecesor, Kofi Annan, renunció a su cargo. Brahimi planea visitar Siria en las próximas semanas y celebrar conversaciones en El Cairo con funcionarios de la Liga Árabe.