En Estados Unidos, los republicanos recuperaron la mayoría en la Cámara de Representantes, ganaron terreno aunque no el dominio del Senado y sumaron varios gobernadores.

Los conservadores conquistaron al menos cincuenta escaños extra de la Cámara baja, muy por encima de los treinta y nueve que necesitaban para superar las doscientas dieciocho bancas que les dan la mayoría.

En el Senado, los demócratas conservaron la mayoría al alcanzar un mínimo de cuarenta y nueve escaños, frente a cuarenta y cuatro de los republicanos.

En los gobiernos de los estados, los republicanos les arrebataron al menos diez puestos a los demócratas.

Barak Obama llamó por teléfono a los líderes republicanos, los felicitó y les expresó su disposición a colaborar con ellos.

Los líderes republicanos victoriosos pidieron a Obama “un cambio de rumbo para respetar la voluntad popular”.

El presidente de Estados Unidos tendrá durante los dos próximos años de mandato una fuerte oposición parlamentaria.

La demócrata Nancy Pelosi renovó su escaño por California, pero no seguirá como presidenta de la Cámara de Representantes porque su partido perdió la mayoría.

Será reemplazada por el actual líder de la minoría republicana, John Boehner, quien lloró en su discurso de victoria en Washington.

En California, los votantes rechazaron legalizar la marihuana: el 57 por ciento de los ciudadanos dijo “no” a la denominada “Proposición 19”.

En ese mismo estado, el demócrata Jerry Brown, de setenta y dos años, fue elegido gobernador y sucederá a Arnold Schwarzenegger.

En Florida, el republicano Rick Scott, un empresario multimillonario, ganó la gobernación por amplia mayoría.