Cleopatra, la reina del Nilo
La mujer que conquistó el amor de Julio César y Marco Antonio.
Nació en Egipto en el año 69 antes de Cristo. Su padre, el Rey Ptolomeo XII, murió en el año 51 y eso desató una lucha por el poder.
De un lado, los que querían a Ptolomeo XIII, su hermano de 10 años. Y del otro, los que la apoyaban a ella.
Tenía 17 años. Sería la última reina de Egipto.
Rápidamente encontró solución al conflicto: ella fue nombrada reina y se casó con su hermano.
Es entonces cuando en la vida de esta mujer poderosa apareció el imperio más destacado de la historia. Las cuatro letras que lo decían todo: Roma.
Los romanos y sus conflictos.
El general romano Pompeyo fue asesinado en y Julio César Egipto entró en Alejandría con esa medalla en el pecho.
Y allí nació la leyenda.
Plutarco dijo alguna vez: “Cleopatra puso en sí misma y en su seducción y atractivos, las mayores esperanzas”.
Su belleza no era deslumbrante, pero en su trato tenía un atractivo inevitable. Media hora de su seducción, su imagen y su labia y te dejaba clavado un aguijón en el ánimo.
Envuelta en una alfombra, Cleopatra se metió en los aposentos de Julio César para exponerle sus demandas como reina del lugar.
En ese encuentro, el César quedó con el aguijón en el ánimo y en todas partes.
Algunos dijeron que terminaron amándose esa misma noche.
Para sellar su alianza política y carnal, César y Cleopatra hicieron un crucero por el Río Nilo. Un crucero que duró dos meses a bordo de la nave real que estaba recubierta en oro y custodiada por otras cuarenta embarcaciones.
En el año 47 AC nació Cesarión, el hijo del general romano y la reina de Egipto.
Pero en Roma, la cosa no estaba bien. Empezó a correr la leyenda negra de Cleopatra, fomentada por Cicerón, un político, filósofo y orador que definió a Egipto como el imperio del mal y Cleopatra como la “Serpiente del Nilo”.
Más adelante, el cónsul romano Octavio la acusaría de adoración animal, uso de magia, embriaguez, droga, incesto y lujuria desenfrenada.
Lo cierto es que en el año 44 Julio César fue asesinado y Cleopatra se fue para Alejandría.
En Roma se desató una nueva guerra civil, la famosa grieta: los republicanos que habían asesinado al César (con Casio y Bruto –tú también Bruto hijo mío-) y los partidarios del general: Marco Antonio y Octavio.
Estos últimos se quedaron con el poder, pero pronto llegaría la confrontación interna.
Marco Antonio se fue a pasear por Oriente y allí conoció a Cleopatra en la ciudad de Tarso.
Cleopatra llegó en una lujosa nave y el banquete duró cuatro días con sus noches.
Marco Antonio tenía 42 años y Cleopatra 28.
El amor nació casi de manera instantánea.
Marco Antonio abandonó a su esposa Fulvia y se encontraron nuevamente en Alejandría. De sus amores de esos días nacerían los mellizos Cleopatra Selene (luna) y Alejandro Helios (sol).
Octavio tenía el poder en Roma y se había convertido en el enemigo número 1 de Marco Antonio.
¿Qué hizo Marco Antonio, entonces? Se casó con Octavia, la hermana de Octavio.
Ella solucionó momentáneamente los problemas políticos, lo que aprovechó Marco Antonio para ir a buscar otra vez a Cleopatra. El encuentro fue en Antioquía, Siria.
Y como las leyes egipcias permitían la poligamia, se casaron.
Allí nació una sociedad próspera, con territorios conquistados y un reino en expansión.
Pero en Roma, Octavio estaba que bramaba.
Ofensa va, ofensa viene, hubo guerra.
Y en el año 31 AC se libró una batalla que cambió al mundo. Frente a las costas de la ciudad de Accio, la flota de Octavio venció a la de Marco Antonio y Cleopatra.
Cleopatra fue tomada prisionera y se suicidó provocando la mordedura de un áspid, una pequeña serpiente que Iras y Carmión, sus esclavas, ocultaron en una cesta con higos para burlar la vigilancia romana.
Tenía 39 años.
Dijo Blas Pascal mucho tiempo después: “Si la nariz de Cleopatra hubiera sido más corta, la faz del mundo hubiera sido otra”.
Mucho se habló de su belleza, incluso entrado este siglo se la present in un museo británico como gorda y fea.
Preferimos quedarnos con la Cleopatra que interpretó a Elizabeth Taylor en la película de 1963.
Esa es nuestra Cleopatra.
La reina del Nilo.