Lupe Martínez llegó a San Esteban hace más de una década después de un viaje por toda Latinoamérica. Cuando vio el monte y el entorno natural de este paraje de las sierras cordobesas no lo dudó.

El viernes pasado presintió que lo peor iba a pasar. Y pasó. Las llamas alcanzaron la casa que había construido con el esfuerzo de años de trabajo y apenas pudo sacar algunas cosas de ella y de sus dos hijas.