“Es una profesión atípica. Te tiene que gustar navegar, es muy desarraigado”, expresó el marinero Julio Ramírez, desde Mar del Plata.

“En mi barco se pesca merluza. Es un producto que no se consigue barato. Acá tenemos cuatro empresarios grandes (argentinos), que dominan todo; ellos marcan la pauta para los empresarios chicos”, resaltó, al lamentarse porque “no quieren repartir las ganancias”.

“Con los años, la actividad fue perdiendo rentabilidad. Hoy es un trabajo muy mal pago”, advirtió Ramírez, tras lo cual aseguró que “la mayor parte de lo que se pesca acá se exporta”.

“Son 10 o 12 días enteros navegando; ahora se están incorporando las mujeres a la actividad”, señaló.

“El timbre suena muy temprano y hay que levantarse. A veces son las 2 o 4 de la madrugada y estamos en cubierta, trabajando”, dijo Ramírez.

“La única forma de conseguir algo es parando los barcos”, sostuvo, en relación al reclamo que tiene hace 40 días los buques paralizados.

“El trabajo de filetero es tan bastardeado como el nuestro: trabajan a cualquier hora y casi siempre en negro”, dijo.

“Son 10 días en los que uno no tiene contacto con la familia, es muy duro”, describió.