Antonio Bonfatti es Binner. Es su ministro de Gobierno y Reforma del Estado y su viejo compañero de la militancia universitaria en medicina. Lo impuso como candidato a gobernador contra viento y marea. Incluso contra el presidente del partido, el senador Rubén Giustinani. En dos palabras, Antonio Bonfatti es el heredero de Hermes Binner. De hecho los afiches de campaña pegados en las paredes dicen “Bonfatti + Binner, el cambio continua”. Cambio de hombres y continuidad de un proyecto que consolide el prestigio de un grupo de hombres que lograron el milagro de convertir a Santa Fe en la primera provincia gobernada por un socialista. En realidad el Frente Progresista Cívico y Social es el ejemplo práctico de que en ese distrito se pudo lograr lo que a nivel nacional fue imposible. Por eso si Bonfatti logra ganar el domingo potenciará la candidatura presidencial de Binner pero también levantará los festejos de otros dos candidatos a presidentes: Ricardo Alfonsín y Elisa Carrió. Es que todos son socios de esa coalición plural y democrática que es lo más parecido que se pudo construir en la Argentina al Frente Amplio de Uruguay. El propio Binner es un gran amigo personal de otro médico como él, Tabaré Vazquez y Pepe Mujica, el ex y el actual presidente oriental. El radicalismo aporta el candidato a vice gobernador, Jorge Henn y la buena gestión en muchas de las intendencias que maneja. Sobre todo la de la ciudad de Santa Fe a cargo de Mario Barletta que en las elecciones internas sacó mas de 200 mil votos, el 30% de lo que obtuvo todo el frente.
Hay que sumar también el apoyo explícito de Eduardo Buzzi. Se trata del líder de la Federación Agraria Argentina, que nació, emblemática de la lucha de los pequeños chacareros con el Grito de Alcorta. La intención de voto de Bonfatti se fortalece con las candidaturas de Monica Fein a la intendencia de Rosario y con su actual alcalde, Miguel Lifschitz que aspira a ser senador. El socialismo hace 20 años que gobierna Rosario y el crecimiento, la transformación y la vida cultural de la ciudad se han convertido en el mejor de sus pergaminos.
Antonio Bonfatti fue uno de los fundadores del Partido Socialista Popular en 1972 y se considera un discípulo de Guillermo Estevez Boero. Eligió la medicina laboral como una manera de llevar a la práctica sus sueños de una sociedad más igualitaria y solidaria. Con el tiempo le tocó ser el motor del sistema de salud pública de Rosario que es elogiado hasta por sus adversarios. Apenas regresó la democracia fue intendente de Las Parejas y en las últimos comicios internos del 22 de mayo quedó primero en la provincia con 292 mil votos, casi el 45% de los sufragios que logró su coalición. Fue chicanero con Miguel del Sel en el debate cuando le dijo: “lo felicito por descubrir la pobreza” pero sostiene igual que Binner que “no somos dueños de la verdad y por eso en Santa Fe hay dialogo entre todos los partidos”. Es una factura a Cristina Fernández y un tiro por elevación a Agustín Rossi porque a nivel nacional no hay una sola palabra entre las distintas agrupaciones. A la hora de tomar distancias del kirchnerismo, Bonfatti suele decir que “los santafesinos no necesitamos un delegado del gobierno nacional”. Las diferencias en ese plano crecieron en las últimas horas. Binner no soportó que Cristina lo castigara públicamente con las cifras mentirosas del INDEC y por eso la acusó de desinformada y de no hacerle bien a los santafesinos cada vez que visita la provincia. También se enojó por lo silbidos y los insultos a su madre que recibió de las barras kirchneristas. Si algo representa el socialismo hoy es la esperanza de bajar los decibles de las peleas y la crispación social que preocupa. Por algo Binner tiene una frase que convirtió en emblema: “Queremos salir de la Argentina del blanco y negro para transitar por una Argentina celeste y blanca”. Ojalá se cumpla. Gane quien gane.