Hasta ahora Hugo Moyano estuvo en la mira de la justicia, la oposición y gran parte de la opinión pública que lo condenó a ser uno de los argentinos con peor imagen. Pero la gran novedad es que el líder de la CGT está en la mira de la presidenta. ¿Qué está pasando que Cristina en los últimos tiempos critica a Moyano mas duramente que a Clarín o Techint? Desde hace 50 días, una o dos veces por semana, sistemáticamente, la presidenta sale al cruce de los dichos y los hechos del camionero.

No le deja pasar una. El antecedente mas claro fue en el acto de River, con Néstor en vida. ¿Se acuerdan? Yo también soy laburante, le contestó frente a la expresión de deseo de Moyano de tener un presidente trabajador en un futuro. Cristina le replicó hasta con el tema del fifty-fifty y le dinamitó su pedido de que saliera si o si la ley que le permite a los trabajadores compartir ganancias empresarias. El 1ro de marzo, en la apertura de las sesiones ordinarias, la presidenta encendió una alerta que hoy adquiere otro valor a la luz de los últimos rumores que andan circulando en los tribunales.

En aquel momento dijo que quería compañeros y no cómplices. Ayer planteó que no quiere extorsionadores ni corporaciones. Epa, epa. ¿Qué está pasando? Hasta ahora los periodistas o los opositores que acusaban a Moyano y su metodología de extorsiva, corporativa o que sospechaban de su enriquecimiento patrimonial y de los negocios oscuros que hacía eran acusados de gorilas y destituyentes. Resulta que ahora es Cristina la que castiga a Moyano tal vez como nadie lo castigó. Y eso que estamos hablando del principal socio o soporte de Cristina.

Claro que cuando una viga maestra como es la CGT de Moyano se corre o empieza a resquebrajarse el peligro de derrumbe es grande. Derrumbe es otra palabra que utilizó Crisitina ayer. Quieren que se derrumbe el modelo, dijo. Y encima tanto de un lado como del otro apelaron a una terminología peligrosísima. Cristina habló de su propia muerte, no me muero por ser nuevamente presidenta y Julio Piumatto de suicidio, nadie se suicida y menos la jefa.
 
El clima se enrareció. Hay tormenta en el horizonte. Pero nadie puede responder a la pregunta del millón: ¿Qué pasó? ¿Por qué ahora? Hay tantas especulaciones como posturas ideológicas en la sociedad. Los que no quieren a ninguno de los dos dicen que se están peleando ferozmente por los cargos, cosa que siempre ocurrió en el peronismo. Los que no quieren a Moyano y respaldan a Cristina plantean dos cosas gravísimas si llegan a ser ciertas: la primera es que la jefa del estado descubrió que cada vez que fustiga a Moyano crece en su intención de voto en la clase media y la peor de todas: dicen que ya le avisaron de la justicia que Moyano va a ser detenido antes de las elecciones y por eso quiere despegarse con urgencia. ¿Se imaginan lo que pasaría en la Argentina si esto se verifica? Solo por un exhorto que llegó de Suiza, Moyano amenazó con llenar la plaza de Mayo con sus muchachos y con bloquear a los diarios que no publicaran su verdad.

No creo que haya un juez con suficiente coraje. Pero si esto ocurriera entraríamos en un terremoto que afectaría incluso el resultado de las elecciones. Los que no quieren a Cristina como Federico Pinedo y muchos oyentes abonan a la teoría de que se trata de una actuación de Cristina. Que exagera la realidad que no es tan conflictiva y que se victimiza para que el operativo clamor sea cada vez mas poderoso y le reporte un mayor respaldo en las urnas. Cristina y Moyano son los dos dirigentes más poderosos de la Argentina. Los une el pragmatismo y la necesidad y los separan varias cosas.

Hoy Cristina le está mojando la oreja. Esta contribuyendo a su estigmatización y está auspiciando su reemplazo por Gerardo Martínez. ¿Qué le pasa a Cristina? ¿Por qué puso a Moyano en la mira? Cualquiera de todas las variantes puede ser la correcta. O una mezcla de todas. La historia enseña que jugar con fuego siempre es peligroso. Y mucho más si se trata de los dos argentinos mas poderosos.