Que Cristina no se confunda
La presidenta de la Nación está confundida o mira para otro lado porque no quiere ver. No sabe, no quiere o no puede ver que los reclamos a su gobierno no son para retroceder o para dar marcha atrás con lo positivo
La presidenta de la Nación está confundida o mira para otro lado porque no quiere ver. No sabe, no quiere o no puede ver que los reclamos a su gobierno no son para retroceder o para dar marcha atrás con lo positivo. Son para avanzar de una vez por todas y generar mayor justicia social y mayor igualdad. Ayer, en Santiago del Estero, Cristina insistió con esta mentira.
“Quieren que demos un paso atrás y no vamos a retroceder en ninguna conquista”. Eso dijo. Se refirió concretamente a los planes sociales y pareció ser una chicana contra Hugo Moyano que había dicho que los trabajadores no quieren planes “descansar”, quieren puestos de trabajos genuinos, bien remunerados y en blanco. ¿Es tan difícil comprender eso?
Nadie bien nacido puede estar en contra de los planes sociales de ayuda a los sectores mas vulnerables, a los más frágiles y marginados de la sociedad. Es por una estricta razón de humanidad y justicia que hay que atender la emergencia de los que menos tienen y más sufren. Eso está claro y son muy pocos los que lo discuten.
El viernes pasado en este mismo espacio de la columna yo le dije que el gobierno tiene que pagar la deuda social. Que esa es la factura mas grave que debe abonar. La deuda social con la pobreza y la desocupación que todavía siguen siendo terribles y lacerantes pese a que hace una década que el kirdchnerismo está en el gobierno y que tuvimos años de gran crecimiento económico. Lo que se le reclama al gobierno es que con tanto dinero que entró a las arcas del estado, con impuestos brutales que pagamos todos, no hayan podido modificar la inequidad social que todavía sigue siendo escandalosa. ¿Se entiende? Señora presidenta, abogada exitosa, no se le reclama que abandone los planes sociales ni la asignación por hijo. Nadie le pide que de un paso atrás.
Se le está reclamando que de un paso adelante o varios. Que transforme esa ayuda necesaria en trabajo digno. Que salte del clientelismo que se aprovecha de la persona que recibe una ayuda a la generación de miles de puestos de trabajo. ¿O no sabe que hace mucho que la actividad privada no toma mas empleados? ¿No sabe que lo poco que se mueve el mercado laboral es por la incorporación de más gente al estado y que en muchos casos es por acomodos o por favores políticos?
Ya es hora de lanzar un plan patriótico que facilite que las empresas pequeñas y medianas puedan dar trabajo. Que el 37% de los trabajadores dejen de estar en negro sin obras sociales, aguinaldos, vacaciones ni cobertura sindical. Eso es lo que hay que combatir, señora Cristina. No a los opositores ni al campo, ni a los periodistas ni a la justicia. Hay que combatir el trabajo no registrado, la evasión fiscal, la desnutrición infantil, la desocupación y la pobreza que todavía afecta al 25% de la población, es decir a uno de cada cuatro argentinos.
Ahí hay que demostrar el coraje y la capacidad de gobierno. En quebrar las injusticias. Y en eso este gobierno está en deuda. Y tiene mucho para hacer todavía. Puede bajar el IVA a los alimentos de la canasta básica. ¿O es justo que una lata de caviar pague el 21% de IVA, igual que un paquete de fideos comunes? ¿Sabe como bajaría la pobreza con esa medida sola? Hoy lo van a contar en conferencia de prensa la gente de Libres del Sur, el radicalismo y la Coalición Cívica.
Van a reclamar también que se diga la verdad de las cifras de la indigencia, de la inflación, y que se deje de mentir y malversar las estadísticas públicas. Ningún médico por mejor que sea puede encontrar el remedio exacto si se le oculta la fiebre o los síntomas. Hay demasiados excluidos para un país tan rico.
Hay demasiada gente con hambre en un país que puede fabricar alimentos para 400 millones de personas. Hay que universalizar y convertir en ley la asignación para hijos de desocupados y trabajadores en negro. Hay que otorgar el 82% móvil a los jubilados porque es justo de toda justicia. Fue usted señora presidenta la que vetó esa posibilidad. No fueron las corporaciones. Fue usted. No es posible que un trabajador pague impuesto a las ganancias y sus plazos fijos millonarios, no.
No hay que confundir las cosas, señora presidenta. Nadie le pide un paso atrás ni que baje ninguna conquista. Le piden todo lo contrario. Pasos adelante. Hoy el salario mínimo va a subir a 3.500 pesos. No alcanza pero era una vergüenza el que regía hasta ahora de 2.875 pesos.
Le piden más pasos adelante. Más honestidad, más diálogo, mas trabajo, mas producción, mas igualdad para todos y todas. Como dice el Papa, la deuda social es un escándalo ético, una espada clavada en el corazón de la democracia. Es hora de pagar esa deuda social. ¿No le parece señora Cristina?