F1: victoria estratégica de Leclerc, derrota moral de McLaren, debacle de Red Bull
Colapinto corrió una carrera impecable, marcó su mejor vuelta en el anteúltimo giro y terminó décimo segundo. Lando largó mal y terminó perdiendo 10 puntos. Max ya está en modo Bilardo, contando los porotos con un auto que va cada vez peor.
Victoria alla Ferrari de Charles Leclerc en el GP de Italia 2024. Emulando la dupla Brawn-Schumacher de finales de siglo XX, cuando con menos auto que Williams (primero) y McLaren (después), ganaron muchas veces enancados en una conducción superior, una estrategia astuta y una gestión impecable de cada detalle de una carrera.
El viernes advertíamos: se reasfaltó todo el circuito y el desgaste de neumáticos es mucho más alto que el habitual en Monza. Ello podía tener implicancias estratégicas el domingo: si era necesario parar una segunda vez, el que pudiera aguantar con los Duros en pista tenía media victoria en el bolsillo. Ferrari lo hizo calladita, con un motorazo que en Monza luce más, con un ritmo de Carrera que comienza a ser su punto fuerte (al revés que a principios de año) y con un Leclerc que vuelve a mostrar que, cuando está motivado y le dan auto, es un top.
Los grandes perdedores de hoy son los McLaren. Monopolizaban la primera fila en la largada y tienen el mejor auto. Norris largó otra vez horrible (¿hay problemas con el sistema de salida de la escudería 'naranja papaya'?) y las Ferrari acosaron a los dos pilotos punteros, hasta pasarlos. Las Ferrari ganaron la primera batalla ahí, en ese fogoso comienzo. Pero la sensación es que hoy McLaren, en la peor hora de Red Bull y Max Verstappen en un lustro, dejó escapar muchísimos puntos.
En contraste, el 'perro viejo' Max, ya resignado a que su auto está detrás de McLaren, Mercedes y hasta Ferrari desde la vuelta de las vacaciones, está en modo Bilardo, contando los porotos para rascar su cuarto título al hilo. El Red Bull ahora no sólo no tracciona (como pasa desde Miami), sino que tampoco dobla. Hoy no había pianitos como excusa saltona para una mala performance; y el eficiente motor Honda, que nunca fue el más potente, ya no puede aprovechar una tracción superior como la que ostentó en los últimos años el coche austríaco.
Fuera de los aspirantes a la victoria, resalta el impecable debut de Franco Colapinto en la F1. El pilarense mostró un ritmo de Carrera superior al de su compañero de equipo (que largaba nueve posiciones más adelante) y de una gran consistencia: su ritmo en el larguísimo stint con los Duros fue inferior al minuto veinticinco segundos, dos o tres décimas más rápido que el experimentado Albon. Sin esa rueda trasera izquierda que se metió inoportunamente en la leca en Lesmo 2 durante el momento clave de la Q1, hoy el argentino hubiera terminado muy, muy cerca de los puntos.
Hay más puntos a resaltar de la carrera. Primero, el viejo lobo Ham batió otra vez a un Russell fogoso e impreciso. El joven británico, por su parte, ha perdido su flema inicial en la F1 por algunos días como el de hoy, fogoso pero impreciso en gran parte de la Carrera y peleando duramente durante un largo lapso de ella con Checo Pérez, en dura lucha, por su parte, con un Red Bull que ahora comprende mejor, pero que empuja cada vez menos.
El Campeonato de Pilotos sigue abierto (con Norris a 64 puntos de Verstappen cuando falta un tercio del calendario), pero la sensación es que Max lo va a disputar a cara de perro, desconectado de luchas estúpidas y concentrado en molestar a los McLaren y rapiñar la mayor cantidad de puntos posibles, olvidado de las victorias. Enfrente, tendrá un campeón en ciernes con un ritmo demoledor y un gran auto, pero con tendencia a errores tontos en momentos claves que ya le está doliendo en la tabla de posiciones.
Y, para completarla, este gran domingo de Ferrari vuelve a prender a los de Maranello en una lucha de tres por el Campeonato de Constructores. El campeonato está más lindo que nunca.