Para Héctor Méndez, “hacer elecciones en la UIA provocaría una carnicería”.

El renunciante presidente de la Unión Industrial defendió el acuerdo de 2003 entre las dos listas de la central fabril, Celeste y Blanca e Industriales para alternarse en el poder cada dos años.

El empresario del plástico recordó que esa mecánica surgió “en razón de la carnicería que hubo” cuando se desarrollaban elecciones en la UIA.

“Ha habido elecciones y han sido muy sangrientas. La UIA es una entidad complicada”, arguyó.

Para Méndez, “éste no es momento de hablar de elecciones, porque hay un pacto de alternancia y hay que respetarlo. Estoy de acuerdo con que haya gente que reclame, que no se sienta representada y que pida elecciones. Pero no es el momento de realizarlas”.

Este martes, la Junta Directiva de la UIA se reunirá para definir formalmente la sucesión de Méndez. Se descuenta que quedará al mando hasta abril su vicepresidente primero, Miguel Acevedo, de la Celeste y Blanca, como Méndez.

La situación es ardua por la presión de un grupo relacionado con Techint, Arcor y el Grupo Clarín, quienes quieren convertir la UIA en un ariete opositor contra el Gobierno, como el que ya funciona en la AEA, y esto puede derivar en una ruptura de la central fabril.

Ese sector de Industriales postula a Adrián Kaufmann, dirigente de Arcor, contra la candidatura de Ignacio de Mendiguren, que tiene una posición más conciliadora con todos los gobiernos.