Luego de haber hecho cumbre en el Everest con éxito durante la madrugada del sábado, la expedición argentina conformada por Damián Benegas, Matías Erroz y Leonardo McLean, comenzó el descenso hacia el campamento, a 7900 metros.

“Ese día me levanto a las 6 de la mañana para hacer el descenso al campamento de base y chequeando metereología mi hermano me dice que en un montaña vecina hay un grupo de españoles que se encontraba en aprietos”, recuerda Banegas.

Al llegar ahí para rescatarlos, Benegas y Erroz descubren que tres de los montañistas presentaban serios problemas de congelamiento y edema. Y lo peor: que faltaba uno de ellos, a quien sus compañeros ya habían dado por muerto.

Benegas y Erroz se encargaron de suministrar oxígeno e inyecciones para combatir los edemas y, una vez repuestos, comenzó así el descenso de los tres españoles en camillas junto a un grupo de sherpas.

Luego de esa hazaña, ambos fueron por otra: el rescate del cuerpo del montañista, en un ascenso de 30 minutos hasta los 8000 metros.

“Decidimos subir a chequear el cuerpo, más que nada en señal de respeto a sus amigos. Yo subí a identificar un cuerpo, a atarlo para que se pueda sacar, y con gran sorpresa, el señor estaba con vida”, expresó Benegas con satisfacción.