F1: ganó Norris, grandes remontadas de Leclerc y Hamilton
McLaren obtuvo su primer Mundial de Constructores en 26 años. Verstappen chocó tontamente a Piastri. Ferrari completó el podio, y Ham superó a su compañero Russell en los últimos metros para ser cuarto. Colapinto abandonó en la primera parte por un problema de motor y con el difusor dañado por un golpe de Piastri.
Con el campeonato más carismático (el de Pilotos) ya definido por Max Verstappen en el norte de América, la F1 llegaba a su última fecha en Abu Dhabi con la incógnita sobre el Campeonato de Constructores: McLaren no ganaba desde 1998, y Ferrari ganó su último título una década más tarde. Sobre todo, hacía más de una década que estos dos supergrandes de la historia de la F1 no peleaban un Mundial mano a mano.
Al final, el título fue para este restaurado McLaren, que hace un lustro parecía condenado a una pronta desaparición y pasito a pasito, de la mano del afable y eficiente Zack Brown y de Andrea Stella (uno de los tantos grandes ingenieros defenestrados por Ferrari en los últimos años), alcanza un merecido lauro. Con limitaciones y pequeños errores propios, Ferrari le presentó batalla hasta el final (Leclerc largó décimo noveno y llegó tercero), pero no alcanzó
McLaren hubiera hecho un pleno si en el arranque de la Carrera Max Verstappen no hubiese intentado un sorpasso chambón contra Piastri por un lugar que no existía, complicándole la competencia al imperturbable australiano y la definición de Constructores a McLaren.
Adelante, Norris reinó olímpicamente, con Sainz Jr cercano pero impotente para darle caza, mientras Leclerc y Hamilton (largó décimo sexto, llegó cuarto superando a su compañero Russell en los últimos metros) venían tocando pito desde el fondo.
Luego de un arranque frenético (que incluyó un toque del rezagado Piastri a Colapinto, y el abandono temprano del argentino por un problema en la planta impulsora), la Carrera se fue acomodando al descafeinado desfile de cada año en Yas Marina, pero la remontada de Ham y su sorpasso final (que le sirvió para aventajar a Russell por dos puntos en la suma de las tres temporadas que corrieron juntos en Mercedes) le agregaron emotividad a una temporada que los dejó a todos exhaustos.
Para Franco Colapinto termina (seguramente, sólo el primer capítulo de) un sueño que parecía imposible para cualquier niño argentino amante de los fierros en el último cuarto de siglo: correr en F1. Causó sensación al principio, los choques y la mala suerte (mas la evolución, hasta último momento, de algunos equipos como Alpine, que dejaron al Williams en el fondo de la parrilla a nivel rendimiento en las últimas fechas), más el alto precio que le puso Williams a su ‘pase’ parecen haber truncado la chance de seguir corriendo desde el principio de 2025. Pero la chance de 2026 sigue abierta, y da la sensación de que cualquier hueco de emergencia que surja en la parrilla durante una fecha de F1 lo tendrá a él como comodín de lujo.
Su rendimiento, en promedio, estuvo algo por encima de lo esperable. Lo más importante, además de demostrar la velocidad y la determinación de un piloto top, fue la capacidad permanente para acomodarse a situaciones cambiantes que son sempiternas en la F1.
Ejemplo histórico. Mick Schumacher fue campeón o subcampeón en todos los niveles de la pirámide FIA de campeonatos, pero tardó dos temporadas en lograrlo; cuando debutó en la F1, la pregunta era si, amén de su velocidad, tendría consistencia y esa adaptación permanente a los cambios que es determinante para ser un piloto top: jamás estuvo a la altura, y en el intento chocó el auto como el que más.
Quizá los dos déficits más grandes de Franco en estas nueve fechas de F1 fueron: 1) la capacidad de dar la mejor vuelta de clasificación en el momento correcto; 2) la capacidad, que te va dando la experiencia, de levantar la patita un nanosegundo antes de cometer un error irreparable. Por lo demás, lo suyo fue sobresaliente, incluso en comparación con un compañero de equipo tan bien conceptuado como Alex Albon.
Para el año que viene se avecinan muchos cambios de nombres en las escuderías (el principal de ellos, Hamilton a Ferrari), pero el reglamento técnico va a ser prácticamente igual al de este año. Por eso, todos los equipos apuraron las actualizaciones incluso hasta en la última fecha de esta temporada, para destinar todo el presupuesto posible en 2025 al auto de 2026, cuando la baraja se mezcle de nuevo.
En ese contexto, deberíamos ver un grado máximo de convergencia técnica y de performance, con al menos cuatro equipos capaces de ganar carreras y toda la parrilla incluso más cerca que este año. Recién termina la F1 de 2024 y ya dan ganas de que comience 2025.