F1: triunfazo de Piastri en una carrera infartante; Colapinto, octavo en gran tarea
Parecía que ganaba tranquilo Leclerc, pero cuando cambiaron los neumáticos Piastri se le fue al humo, lo pasó en una corajeada a lo Mansell y después lo aguantó a lo Boca. El argentino sufrió por momentos con la temperatura de los neumáticos, pero paró una sola vez y sumó sus primeros cuatro puntos.
Una de las mejores carreras del año para la F1 en el Gran Premio de Azerbaiyán. Ganó Piastri en una corajeada a lo Mansell tras una primera parte de Carrera en la que Leclerc (cuando casi todos calzaban los neumáticos Medios) parecía imponerse con la fusta bajo el brazo.
Sin embargo, la competencia cambió completamente cuando los punteros entraron a calzar los Duros (Colapinto hizo punta, entrando a Boxes en la Vuelta 11; ningún Medio llegó hasta la Vuelta 19 en ese lapso). Leclerc empezó a mostrar problemas de ritmo al principio del stint, y el australiano de McLaren, por el contrario, tenía un ritmo picantísimo. Ese picante le duró dos o tres vueltas, pero le sobró para, en una maniobra quirúrgica y sorpresiva que ya parece marca registrada de Piastri, superar a Leclerc en la Curva 1 de la Vuelta 20.
Después, Leclerc volvió a demostrar que Ferrari ha mejorado mucho su ritmo de carrera y acosó a Piastri durante treinta vueltas. Bajo presión, Piastri, que recién afronta su segunda temporada en la F1 pero tiene una trayectoria perfecta en la pirámide de campeonatos de monoplazas (campeón en todos los niveles al primer intento), prácticamente no cometió errores pese al hostigamiento permanente al que lo sometió el monegasco de Ferrari, con Checo Pérez pegado esperando un banquete en el circuito que mejor le va y Sainz Jr remontando hasta quedar a la cola del mexicano.
Pareció, desde la Vuelta 20, una de esas carreras de principios de los 80, cuando predominaba el uso de 'polleritas' para maximizar el 'efecto suelo' y los autos se podían seguir de muy cerca y pelear rueda a rueda durante vueltas y vueltas sin destruir los neumáticos. Loor y gloria (una vez más) al gran Ross Brawn y a Pat Symonds, que diseñaron el reglamento técnico que permite algo impensado hace pocos años.
Consecuentemente con lo expresado en el párrafo anterior, el final fue frenético. Norris, que ayer clasificó horrible por una combinación desafortunada de incidentes y errores, remontó hasta terminar adelante de Verstappen. Verstappen, por su parte, se arrastró la segunda mitad de la Carrera, sin frenos ni neumáticos traseros: algo pasó con el auto de Max, porque el de Checo peleó hasta que el incidente de la anteúltima vuelta terminó con su carrera y con el GP de Azerbaiyán, de hecho.
En resumen: Sainz Jr superó con prestancia a un desgastado Checo (que por momentos se prendía en la lucha por la punta con Piastri y Leclerc), y después intentó pasar por afuera a un Leclerc que hacía una vuelta se había quedado de golpe sin caucho y aguantaba como podía a sus dos perseguidores. Luego, se produjo un efecto de succión entre los dos autos cuando Checo se puso medio a la par de la Ferrari del madrileño, y ambos se atrajeron y se estrellaron, acabando con la competencia, de hecho, y dándole a Franco Colapinto tres puntos extra. Un incidente similar les ocurrió a las Ferrari de Vettel y Leclerc en Interlagos, hará un lustro, y a Vettel lo mataron, pero se trata de un efecto físico que se da a velocidades de medias a altas y muy común en óvalos.
El argentino de Williams merece un párrafo aparte (igual que Albon y la escudería británica, que vivió su mejor fin de semana del año a todo nivel). Ayer hacía notar problemas para dominar pequeños derrapes y microbloqueos que llevan la temperatura de los neumáticos traseros para arriba, y te dejan sin rendimiento hasta que las sacás del soponcio. En general tuvo este domingo una gran gestión de neumáticos, pero sufrió un poco con la temperatura de las gomas Medias hacia el final del primer stint, cuando perdió un poco de ritmo en relación a Alonso, y al principio de su stint con Duras.
Por lo demás, peleó como loco y a brazo partido con pilotos de la talla de Hülkenberg, Fernando Alonso y Lewis Hamilton. El alemán de Haas lo había pasado a Colapinto en el momento de mayor sufrimiento del pilarense, y se le escapó más de cuatro segundos. Pero Franco, después de aguantar varias vueltas a Ollie Bearman y a Ham, logró escaparse del heptacampeón británico y terminó dándole caza sobre el final al desfalleciente Haas de Hülk.
Alex Albon hizo una estrategia inversa a la de su compañero de equipo: arrancó con Duros, los aguantó hasta ponerse tercero en el final de su stint con el suficiente ritmo para terminar adelante de Colapinto, en un séptimo puesto que sabe a gloria para el equipo fundado por Sir Frank.
Renglón aparte también para un impávido Russell, que con poco rascó un podio. El tubo testigo es Hamilton: tuvo que largar desde la calle de Boxes por cambiar partes de su auto y sufrió muchísimo para superar coches claramente más lentos.
El campeonato da carreras muy interesantes y las tablas se ponen cada vez mejor: en Constructores, McLaren superó a un Red Bull que también debe temer la resurrección de Ferrari y hasta los destellos de Mercedes, que es el más irregular de este poquer de equipos de la F1 2024. La única ‘pega’ (dirían los españoles) es que Norris, por errores propios o azares desventurados, está perdiendo la chance de acosar a Max en el Campeonato de Pilotos.
La acción de la F1 seguirá con el GP de Singapur, quizá la prueba más dura físicamente que deberá afrontar Colapinto en lo que resta del año: un circuito extenuante, lleno de curvas y chicanas y con una humedad y una temperatura por lo común altísimas.
Mientras tanto, ya se convirtió en el primer argentino en sumar puntos desde Carlos Reutemann hace cuarenta y dos años y le ha dado más a Williams en dos competencias que Sargeant en casi dos temporadas. Hay que valorarlo, porque es sobresaliente, pero hay que dominar el exitismo argentino: el de los recienllegados que se preguntarán por qué no logra podios y victorias YA, y el de los acostumbrados a agredir a todo el mundo por redes sociales.
Pero quizá el síntoma más claro de lo que ha logrado Colapinto en la F1 es que, con sólo dos carreras corridas, ya hay gente preguntándose si Williams lo presetará a Sauber-Audi-en-ciernes para 2025…